El Casco Viejo apuesta por el fútbol femenino en Miranda

El Casco Viejo no ceja en su empeño. Ya tuvo tiempo atrás fútbol femenino, pero las circunstancias obligaron a que muchas chicas que practicaban su deporte favorito tuvieran que jugar en vecinos equipos alaveses, principalmente el Lantarón. Siempre ha tenido en mente recuperarlo como club que ha apostado por fomentar entre las mujeres esta disciplina deportiva y ahora, que desde la Federación de Castilla y León se ha notificado un interés por crear una competición de ámbito provincial quiere, a su vez, dar un paso hacia delante.

El órgano federativo está decidido a crear una liga femenina con conjuntos de la provincia de Burgos. De esta manera, sería más factible promover un campeonato porque una de las trabas que hasta ahora había y uno de los motivos que provocó que no siguiesen los equipos del club mirandés fue que hacer un campeonato de carácter autonómico restaba interés a las futbolistas por múltiples razones.

Se fueron desanimando porque competir en Euskadi, Álava en este caso, al ser los desplazamientos mucho más cortos, conllevaba un mayor interés para todas ellas.

«Me he puesto en contacto con los clubes de chicas que hay en la provincia para recabar todo tipo de información sobre la creación de un equipo femenino y para ver si intentamos sacar una liga», afirma a este periódico el presidente del Casco, José Miguel Pérez Cejuela.

La Federación les ha notificado que para lanzar un campeonato tendrían que ser, al menos, seis conjuntos. «Sí que habría ese número; con nosotros, un par de Burgos, Capiscol, Alcázar... Sí que habría para sacar una liga», confiesa el responsable de la entidad de Miranda.

Quien apunta que «queremos enfocar la captación en las categorías benjamín, alevín e infantil. ¿Por qué? Porque en femenino permiten mezclar categorías, las alevines pueden jugar con las benjamines y las infantiles, con las alevines».

Ya está el plazo abierto con las inscripciones habilitadas en las instalaciones José García. «Lo hemos querido abrir con más antelación que para los niños porque normalmente lo abrimos en marzo o abril», sostiene un ilusionado Pérez Cejuela ante la posibilidad de que este deseo se convierta en realidad.