La nadadora estadounidense es experta en largas travesías en aguas abiertas. REUTERS

Supera un cáncer y pasa a la historia al cruzar cuatro veces a nado el Canal de la Mancha

La nadadora norteamericana Sarah Thomas tardó en completar la inédita hazaña 54 horas en las frías aguas que separan Francia del Reino Unido

Jueves, 19 de septiembre 2019, 23:03

«A todos los supervivientes». A ellos fue a los que les dedicó la estadounidense Sarah Thomas una proeza que ha pasado directamente a la historia. La nadadora, que acababa de celebrar su victoria en la lucha contra un cáncer de mama que la obligó ... a parar durante varios meses, ha vuelto a festejar este martes otro nuevo triunfo, pero en este caso contra sí misma, al convertirse en la primera persona en cruzar el canal de La Mancha cuatro veces seguidas sin parar.

Publicidad

Una locura, pensarán casi todos, que empezó el pasado domingo cuando aún no habían salido los primeros rayos del sol, y que terminó 54 horas y 10 minutos después con la protagonista totalmente exhausta, como no podía ser de otra manera, en la playa inglesa de Dover. «No puedo creer que lo haya logrado», relataba después a la BBC. Y es que las fuertes mareas que azotaron esos días las frías aguas que separan Francia del Reino Unido la obligaron a emplearse a fondo y a hacer más épica aún su aventura, ya que en vez de completar los 130 kilómetros previstos tuvo que batirse en duelo con el mar sumando finalmente a su contador particular 210 kilómetros.

«Esto es para aquellos que como yo hemos rezado por nuestras vidas, que nos hemos interrogado con desesperación sobre lo que vendría después y que hemos luchado contra el dolor y el miedo para vencer», afirmó ya recuperada. Justo al terminar lo poco que pudo salir de su boca fue una señal casi de auxilio, reconociendo que se encontraba «un poco mal». «Estoy bastante entumecida. Ha venido mucha gente a la playa a desearme lo mejor y han sido muy amables pero me siento un poco aturdida».

Recorrido que se vio obligado a hacer por las fuertes mareas. BBC

Un homenaje a todos los enfermos y supervivientes del cáncer que se trata de uno de los retos más extremo de la nadadora de ultra maratón de aguas abiertas natural de Denver (Colorado), que ha vuelto a poner de manifiesto que el cuerpo humano no tiene límites. Ella ya había atravesado el canal en dos ocasiones, la última en 2016. Meses después, poco antes de que le comunicaran la enfermedad que padecía, completó una prueba en el Lago Champlain, de 168 kilómetros, empleando 13 horas más que en esta ocasión (67 horas y 16 minutos), siendo el recorrido más largo en tiempo, sin parar, que un nadador ha logrado aguantar.

Atacada por una medusa

Para Thomas, la peor parte de las dos idas y venidas entre Dover y Cap Gris-Nez, localidad situada en el norte de Francia, fue lidiar con la irritación de boca y garganta producida por al agua salada, pero también la picadura de una medusa que sufrió en su propio rostro. «Mi equipo lo ha hecho realmente genial al ayudarme y mantenerme fuerte». Sobre todo en la última vuelta, en la que la media de 12 horas que había tardado anteriormente se convirtió en 17, debido al complicado estado de la mar que la llevaba de aquí para allá, sin poder apenas mantener el rumbo, lidiando además con la fatiga de toda la travesía ya acumulada en el cuerpo.

Publicidad

Durante el trayecto, junto a lo uno de los barcos que la acompañó en el reto. Abajo a la derecha, reponiendo fuerzas minutos después de completar la aventura. REUTERS

Fue su propio marido el que le planteó el reto de tratar de sumar una vuelta más a las que ya habían sido conseguidas con anterioridad en el Canal de La Mancha. Cuatro nadadores habían realizado tres viajes consecutivos entre Francia e Inglaterra por agua, pero nunca nadie había pasado esa barrera, hasta que llegó la norteamericana, que llevaba esperando ese momento desde antes de caer enferma. Como ella asegura, fue precisamente la natación y tener un objetivo como este en mente lo que le ayudó a salir adelante. Entre las sesiones de quimioterapia, radioterapia la cirugía nadó todo cuando pudo, para poder llegar a vivir este momento.

Un récord que lo ha firmado alimentándose tan solo a base de un líquido compuesto por carbohidratos, electrolitos y cafeína, con un zumo de manzana para mejorar el sabor. «He odiado ese líquido todo el camino», bromeó, reconociendo que nada más llegar a tierra firme pidió que le dieran un trozo de chocolate. El conocido nadador de resistencia Lewis Pugh alabó en Twitter la proeza de Thomas, calificándola de «extraordinaria, asombrosa y sobrehumana». «Justo cuando pensamos que hemos llegado al límite de la resistencia humana, alguien rompe los récords».

Publicidad

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad