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AFP
Miércoles, 17 de julio 2019, 23:37
Con su 1,55 m de altura y su hiyab, la malasia 'Phoenix' rompe tabúes al desafiar a los hombres en el cuadrilátero de la lucha libre profesional, algo atípico en este ámbito con altas dosis de testosterona y admirado por su osadía. Vestida con un pantalón decorado con llamas y un fular negro y naranja, Nor 'Phoenix' Diana utiliza elaboradas técnicas para derribar a unos adversarios mucho más grandes que ella y bloquearlos en el suelo. Algunos centenares de espectadores la animan, estupefactos ante su velocidad y su agilidad, gracias a su corta altura y su peso pluma, de 43 kilos.
Su decisión de lanzarse a este deporte no solo no generó críticas entre los más conservadores de este país del sudeste de Asia, sino que, además, la joven de 19 años se convirtió en una estrella de las redes sociales. «Aunque sea musulmana y lleve hiyab, nada puede impedirme hacer lo que me gusta», explica desde el cuadrilátero tras una contienda.
'Phoenix' participa en los combates del campeonato Malaysia Pro Wrestling (MyPW), basado en el modelo de la organización estadounidense World Wrestling Entertainment (WWE), que cuenta con las mayores estrellas de la lucha libre profesional. Al igual que el WWE, en Malasia es tanto teatro como deporte, y sus participantes se enfrentan en unos combates en los que el guión está ya escrito.
Fuera del cuadrilátero, Nor Diana, un pseudónimo para preservar su verdadera identidad, es una joven tímida que trabaja en un hospital. Pero cuando se pone su vestimenta de luchadora, se convierte en 'Phoenix' y nada la detiene. «Como 'Phoenix', soy una persona completamente diferente. Quizás soy pequeña, pero puedo hacer cosas que la gente no podría imaginar», dice durante un entrenamiento en Puchong, cerca de Kuala Lumpur, la capital.
Nor Diana empezó a entrenarse en lucha libre en 2015 y debutó en los rings de Malasia al cabo de unos meses. En este país de 32 millones de habitantes, más del 60% de la población es de etnia malasia, y musulmana. Aunque el islam que se practica es generalmente moderado, la sociedad sigue siendo muy conservadora. Muchas mujeres llevan velo y ropa amplia, de conformidad con las recomendaciones religiosas, que defienden una apariencia «modesta».
«Al principio fue difícil, escuché a mucha gente decir que no podía hacer lucha libre porque soy musulmana y llevo hiyab», cuenta. Pero eso no la desanimó y, apoyada por su familia, continuó con los combates, encadenando éxitos hasta convertirse en campeona de Malasia, tras vencer a cuatro hombres.
Al principio, combatía con una máscara, para evitar ser reconocida. Pero tras una derrota el año pasado, la abandonó. Nor Diana recuerda haber temido las reacciones hostiles al principio, pero su popularidad no ha dejado de aumentar, y la joven luchadora tiene ahora miles de abonados en redes sociales (en Instagram más de 36.000).
El éxito de Nor Diana ha contribuido a que la lucha libre profesional sea más conocida en Malasia, aunque sigue siendo una disciplina con un público muy concreto, que cuenta con una treintena de luchadores -dos de ellos mujeres- y combates cada dos o tres meses ante varios cientos de espectadores. «Cuando Nor Diana empezó a hacerse conocida, recibió numerosos mensajes de otras mujeres que también llevan hiyab preguntándole sobre la lucha libre», cuenta Ayez Shaukat Fonseka, su entrenador y adversario. «En cierta medida rompió un tabú y les demostró que, si ella puede hacerlo, las demás también«.
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