Naiomi Matthews, campeona de Europa por segunda vez en dos meses

Este 2022 se hizo por segunda vez con dos oros a nivel continental, en marzo, y dos meses después ha vuelto a reinar en Europa pero esta vez en jiu jitsu, en la modalidad de ne-waza, como se conoce en las artes marciales japonesas la acción de luchar uno a uno al nivel del suelo, generalmente haciendo uso de luxaciones articulares, agarres, sumisiones y estrangulaciones.

Un nuevo título que consiguió este pasado fin de semana en Israel, viajando por su propia cuenta, aunque formando parte de la expedición de la Federación Española de Judo. Y es que la vizcaína, pese a haber ganado el nacional, no figuraba en la lista. «Además de los logros que tengas, el seleccionador tiene que valorar si tienes nivel o no, y luego hay un presupuesto para los desplazamientos. En base a todo eso hacen la convocatoria. Yo no estaba en ella, pero me dieron la opción de que podía ir si me pagaba el viaje».

Sus ganas pudieron más que todo, y gracias a la ayuda que le está prestando este último año su patrocinador, el bar La Triangu de Sopela, pudo afrontar el pago de unos 1.500 euros, lo que le costó el desplazamiento a Nahariya y su estancia en esa ciudad, situada en la costa del Mediterráneo, muy cerca de la frontera con el Líbano. Allí logró el triunfo en su categoría, -52 kg., superando a una francesa, cinturón negro de judo, de la que se deshizo con gran superioridad, sin necesidad del tercer y último asalto. «Iba con mi estrategia de siempre, para ir sobre seguro, y conseguí mi reto», declara a este periódico, después de haber sido, curiosamente, la única de la expedición española en lograr el oro, pese a no estar en la lista oficial.

Matthews volvió a demostrar en su combate su gran dominio de los tiempos, y también mental. En sus entrenamientos utiliza técnicas tanto del grappling como del jiu jitsu, artes marciales muy similares que apenas se diferencian en algunas normas, a las que se acopla a la perfección por su forma de luchar. «En grappling, por ejemplo, se valora mucho la proyección, y si haces una cosa que se llama 'bajar la guardia', que la hago yo, son dos puntos para el contrario. Siempre empiezo perdiendo, pero es una apuesta que hago para coger la posición que quiero, y luego ya elaboro mi estrategia desde ahí, desde la guardia sentada. En jiu jitsu, eso no se penaliza, así no empiezo regalando puntos», bromea.

Con este título logrado en Israel, la luchadora vizcaína suma a sus 36 años ocho oros a nivel continental, además de otras medallas de plata y bronce. «Estoy muy contenta porque siento que estoy en mi mejor momento, e intento aprovecharlo porque nunca sabes cuando se va a acabar», declara. Su objetivo ahora está en, al igual que en grappling, ser también campeona del mundo en jiu jitsu. «Imagino que esta vez estaré en la lista. Será en Abu Dabi, en noviembre».

Para seguir cosechando éxitos y mantenerse arriba, «mis rivales no están paradas, están estudiando cómo ganarme y yo me tengo que reciclar, no acomodarme», Naiomi espera irse un mes a entrenar en Estados Unidos, concretamente a Florida, en el verano, para participar en el Grand Slam de Miami. «Sería un buen test para preparar la cabeza para los mundiales. Allí tienen un entrendor top y una visión de la lucha que te da pequeños detalles que a veces pueden marcar la diferencia».

Ella ya estuvo ejercitándose en ese gimnasio durante tres semanas, cuando acudió al Panamericano de la IBJJF, la Federación Internacional de Jiu Jitsu Brasileño, y pudo hacerlo gracias a que uno de sus vecinos, Fidel, le costeó el viaje. Sin becas pese a sus numerosos triunfos, depende de este tipo de apoyos para seguir manteniendo vivos sus sueños en el tatami. «La Triangu me va a ayudar, y también volveré a poner huchas en los bares del vecindario. Me lo han dicho ellos mismos. Tengo mucha suerte. Son mis otros patrocinadores, se portan muy bien conmigo».