Naiomi Matthews suma dos bronces en el Mundial de grappling de Pontevedra

Naiomi Matthews no tiene aún claras sus sensaciones pese a llegar con dos medallas de bronce –en las modalidades de grappling y grappling gi–del Mundial de Pontevedra, disputado el pasado fin de semana. La brava luchadora getxotarra fue arrastrando molestias y no llegó a dar el nivel que esperaba porque todo se le torció en el primer combate de grappling. Tras su oponente de Kazajistán asomaron las molestias. «Me agarró de la cabeza y me hizo daño», comenta.

Sus dolores reaparecieron para la segunda jornada, en la que nada fue como esperaba. «Estaba defendiendo todo el rato, siempre un segundo por detrás, y perdí», explica. Pero la moral de Matthews es de acero. Lejos de hundirse, se centró en lo que estaba por venir. «Estaba rabiosa», reconoce, «así que en la repesca y en el siguiente combate conseguí el bronce».

La getxotarra tarda en digerir las sensaciones por todo lo que pasó, porque ella sabe lo que es estar en lo más alto. Autoexigencia máxima. Y es que el año pasado ya logró dos oros en los Mundiales disputados en la capital Serbia, Belgrado, en la categoría de hasta 53 kilos de peso.

Pero en el Mundial de Galicia todavía le quedaba competir en gappling gi. El primer peldaño contra la rival alemana lo salvó sin problemas. Aunque el siguiente se le atragantó. Tuvo que enfrentarse a la misma japonesa que le llevó a la repesca en la otra modalidad, así que optó por una actitud activa. «Pese a que estuve atacando y ella defendiéndose, el árbitro no le pitó pasivo», lamenta. En esta disciplina se penaliza a la luchadora que no ataca, algo que no ocurrió. Admite que «la lucha se quedó trabada y perdí». Frente sus dos siguientes rivales sí que ganó, para hacerse con la siguiente medalla. Ya piensa en el Mundial de Abu Dabi, del 3 noviembre.

• Temas
• Lucha