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Tienen la fuerza necesaria para aguantar las embestidas de perros de más de 30 kilos y no conciben el deporte sin sus compañeros de cuatro patas. El 'mushing' o las carreras de trineos tirados por perros está en auge en España, donde ya hay ... 3.752 licencias para deportistas y 1.170 para canes. Mujeres como Olga Álvarez, campeona del mundo de canicross nórdicos, Mónica Touriño, campeona de España y las guipuzcoanas Larraitz Sorron y Sarah Ugarte, que practican 'skijoring' y 'canicross' respectivamente, están poniendo en el mapa una disciplina cuyo origen está en el transporte de mercancías en Laponia y Alaska.
La barcelonesa Olga Álvarez se introdujo en el mundo del 'mushing' hace casi una década, cuando un compañero de trabajo le prestó unos perros. A sus 49 años ha sido tres veces campeona del mundo de Canicross con perros nórdicos con uno de aquellos animales, un husky de 9 años llamado Shepard. «El canicross me aporta una comunicación corporal e intuitiva. Es un bonito esfuerzo compartido y los perros disfrutan mucho saliendo a correr acompañados», explica la catalana. Es en su comunidad autónoma donde se concentra la mayoría de licencias, 1.524 del total.
Álvarez también dispone de otros perros como Bruce para participar en distintos campeonatos desde que comprobó que los podios estaban copados por pointers, galgos y bracos de Weimar en vez de huskys. «Los perros nórdicos son más resistentes cuando hace frío, pero no alcanzan los picos de velocidad de los de caza, más explosivos», señala. Y es que las temperaturas suponen un hándicap a la hora de entrenar para las 'mushers' españolas. «Hay que tener cuidado, y también con la humedad, entrenar antes de las 7.00 y llevar agua porque los husky pueden sufrir un golpe de calor si corren más de 10 o 15 minutos a 18 o 20 grados», aconseja. El cambio climático ya altera carreras en países como Suecia o Canadá. «Un año nos encontramos con 20 grados cuando fuimos a competir en Polonia», advierte.
La gallega Mónica Touriño ha sido cuatro veces campeona de España de canicross gracias a sus perros de caza. «Soy veterana por edad -tiene 44 años- pero compito en élite porque estoy fuertota y los perros me siguen», sonríe. Su carrera comenzó hace once años, cuando empezó a salir a correr con una golden retriever. «Tras año y medio sentía que ella me pedía dejar la competición, así que adopté una galga a la que le atraía más cazar. Al final, encontré a Caramelo, con quien he ganado varias copas, en una protectora», recuerda. Touriño, quien después tuvo a Nepal, ha ido cambiando de perro a medida que evolucionaba como corredora.
«Nepal es fantástico, si corriera con otra persona le destrozaría. Los mushers tenemos que aprender a sobrevivir a estos perros durante las carreras. Son cortas, de 5 km, pero a partir del segundo la cosa se complica. ¡Salimos fuera de punto y estamos kilómetros!«, explica la catoirense, quien también practica mushing sobre patines. Deja de enganchar a los perros cuando llega el calor para garantizar su buena salud -no deberían correr con temperaturas superiores a 12º-, y en verano los lleva a nadar mientras ella trabaja su fuerza. «Hay quien dice que ir con perro es hacer trampa. ¡Que lo prueben! No podrán moverse en dos semanas», reta Touriño, a quien le gustaría ver más carreras mixtas.
Las competiciones de mushing se separan por sexos cuando los corredores llevan un único perro. Cuando se introducen dos o más son mixtas ya que se considera que el humano «sólo les dirige». En Euskadi existen 243 licencias de mushing, y una de ellas pertenece a Larraitz Sorron, la «esquimal» de Zumarraga. Corre en la modalidad de nieve y practica 'skijoring', esquí tirado por perros. Es subcampeona del mundo en media distancia y obtuvo el bronce en el nacional con dos perros. «Empecé a los 13 años con mi husky, que necesitaba correr y tirar porque su criador era un musher. Terminé haciendo trineo con seis perros, lo dejé por los estudios y lo retomé en 2009, cuando un musher de Vitoria me regaló dos perritos», explica.
Hoy Sorron tiene 36 años, pero con apenas 15 ya tenía cuatro huskys y un triciclo y completaba carreras como la de los Monegros. La falta de nieve le supone un problema, por lo que entrena en Baqueira, un par de estaciones de Cataluña, y Alto Campoo pero, sobre todo, Vercors, en Francia. Acostumbra a competir sobre esquís y con dos perros, y este año espera completar la Pirinean Race, con etapas de 20 o 25 kiómetros durante seis días. Además, le gustaría volver a la Snow Race.
Para Olga Álvarez, quien solía montar a caballo de forma profesional, el mushing debería ser considerado un deporte olímpico. «Para mí reúne todas las características, no es distinto al trabajo que se hace con los caballos. Debemos entrenarnos a nosotras y a los animales», razona. Álvarez espera seguir «mientras pueda mantenerme y todos sigamos disfrutando». Incluso le está transmitiendo esta pasión a su hijo de 10 años, quien ha empezado a correr acompañado de un Jack Russel. «Es un perro seguro para empezar ya que correr con perros de más de 20 kg puede provocar lesiones fácilmente, y está muy motivado», celebra la campeona del mundo.
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