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Olga Jiménez
Domingo, 14 de octubre 2018
María Sáez Arzamendi (Vitoria, 1973) debutará este próximo lunes en el Mundial de pelota que se celebra en Barcelona junto con otra vitoriana, Nagore Martín. Esta licenciada en IVEF, maestra, madre de cuatro hijos (la pequeña Miren falleció a los 29 meses), directiva de la federación alavesa de pelota y apasionada del running afronta la cita como «un segundo tren que pasa por la vida». Lleva el deporte en sus genes, heredado de su padre Jesús, una autodidacta del squash, deporte en el que padre e hija han sido campeones de España. Atiende a EL CORREO mientras se adapta al trinquete para su participación en paleta argentina con la ilusión de una niña pintada en su cara.
-¿Preparada para este Mundial?
- Lo mejor que he podido, la verdad. Hemos tenido bastante estrés entrenando. He hecho kilómetros para mantener la forma física y he competido. La verdad es que no llevo mucho en paleta argentina. Unos siete u ocho años. Esta convocatoria con la selección ha sido para mí una gran sorpresa.
-¿Pesan los 44 años para competir a alto nivel?
- Tengo la edad que tengo, 44 años y lo físico se nota. Pero con esta edad es muy meritorio. Soy maestra, madre de cuatro hijos (silencio). Bueno la cuarta falleció. El mayor tiene 19 años, luego vienen seguidos con 17 y 16. Para mí es un orgullo poder estar en este Mundial y lo lucharemos como podamos. No hemos tenido que adaptarnos al trinquete de Barcelona porque tiene dos metros menos. Nos obligará a jugar diferente, la delantera tendrá que echarse un poco atrás e incluso correr un poco más.
-¿Era un sueño o pensó que ya no lo alcanzaría por edad?
- La verdad es que sí. Tuve una opción hace mucho tiempo antes de quedarme embarazada de mi primer hijo. Esta vez ha pasado el tren por segunda vez y hay que cogerlo.
-¿A qué aspiran como selección española?
- La competición se divide en dos grupos. Nosotras estamos con Chile y Mexico. En el otro están las favoritas, Francia y Argentina. En principio, parece que el camino para las medallas lo podemos tener algo más fácil, pero nunca se sabe.
-¿Será una motivación extra el jugar en casa?
-Por supuesto. Para empezar porque el viaje es cómodo y no hay que irse a otro país con lo que eso supone. El sentirte arropada por la gente y notar esa cercanía me ayudará mucho.
-Su pasión por el deporte viene ya de serie gracias a su padre...
-Es verdad. Mi padre ha sido jugador de squash autodidacta y logró varios campeonatos de España en categoría veterano. Él fue aprendiendo con libros, observando a otros jugadores, viendo partidos. Ahora juega a pádel y golf. Yo empecé con el squash de los 9 a los 16 años. También he hecho frontenis, pala, correr. Algunas de mis hermanas también practican. Supongo que lo llevamos en la sangre (sonríe tímidamente).
-¿La pala es una terapia?
Puede ser. Es mi espacio. Es el momento que necesito para desfogarme, para echar todo lo que acumulamos en el trabajo y la vida diaria.
-Es directiva en la federación alavesa de pelota, ¿algo está cambiando?
-Me cuesta y me sigue constando porque soy tímida y lo de hablar en público no lo llevo bien. Pero tengo que ir cogiendo confianza. Lo hice por mirar por el resto de chicas y para que tengan un referente. Es una manera de abrir camino.
-No tenemos más tiempo, ¿me permite emplazarla a una segunda parte a su vuelta del Mundial?
-Sí, por supuesto. Es que estamos apurando el tiempo para ultimar nuestro debut. Pero a la vuelta, prometo atenderos con más tiempo. Ojalá que con el título mundial de paleta argentina. A por ello vamos.
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