GUZMÁN VILLARDÓN
Jueves, 18 de noviembre 2021, 11:00
Dice la leyenda que cuando pides un deseo y quieres que se convierta en realidad, no debes contárselo a nadie. Eso mismo era lo que hacía la pequeña Garbiñe Muguruza cada vez que soplaba las velas de su tarta de cumpleaños: «Quiero ser la mejor ... tenista del mundo».
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Jose Antonio Muguruza, partió de su Azkoitia natal con 26 años a Venezuela para buscarse un futuro mejor. Creó una empresa del sector del metal donde fabrican piezas eléctricas con fin industrial. La madre de Garbiñe, Scarlet Blanco, nació en Guatire al norte del país. En su juventud intentó hacerse un hueco en el mundo del diseño de ropa; pero dejó aparcado ese sueño cuando en un guateque conoció a ese chico vasco, algo serio y bondadoso en su interior. Desde el primer baile supo que juntos compartirían una vida apasionante. De esa unión nacieron Asier, Igor y Garbiñe; la elegida.
A los niños les apuntaron en un Club Deportivo de Caracas donde podían jugar a béisbol, fútbol y tenis; este último sería el deporte elegido por los hermanos Muguruza. Pero la historia se iba a fijar en esa niña pequeña que con tan sólo 6 meses caminaba, con 4 años tenía una raqueta en las manos y que acompañaba a sus hermanos para verles jugar.
«Primero se fueron mis hermanos a Barcelona para formarse como tenistas. Yo me quedé en Caracas con mi ama. Lloraba todos los días porque yo también quería ir a Barcelona para cumplir mi sueño que no era otro que el de ser tenista como mis hermanos. Eran 11 y 10 años mayores que yo. Para mí eran mis ídolos». Llenamos los días con pequeños momentos que van construyendo la gran historia de nuestra vida. Esta es la pequeña gran historia de Garbiñe Muguruza, que no ha hecho más que empezar.
Con tan sólo 6 años llega a la Bruguera Tennis Academy. Un centro de alto rendimiento para formar a tenistas jóvenes, donde practican este deporte y también pueden seguir con su formación académica. Allí tuvo de entrenadores a Alejo Mancisidor, Xavier Budó y Conchita Martínez entre otros y como compañeras a Carla Suárez, Anastasia Pavlyuchenkova, Nuria Llagostera y Pilar Domínguez con las que formaba parte del Grupo Elitia. Desde muy joven se veía que valía para esto y sus entrenadores decían de ella que «estaban ante un diamante en bruto».
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Garbiñe era cumplidora en el colegio. Iba por las tardes pero como ella misma reconoce las clases eran muy aburridas. Lo mejor era empezar el día jugando a tenis. Las 18 horas semanales entrenando se le hacían cortas. Comenzó ganando el Campeonato de España en categoría alevín, infantil y cadete. Mientras a ella se le daba bien esto de dar a una pelota con la raqueta, sus hermanos dejaron de jugar a tenis para dedicarse a sus carreras y ella tomaba el camino contrario.
Al acabar el bachillerato dejó aparcados sus estudios para dedicarse en cuerpo y alma a la práctica del tenis. En casa estaban encantados por ello. Garbiñe significaba la última esperanza de que algún miembro de la familia pudiera dedicarse al tenis de manera profesional. Comenzaba a vivir su sueño no soñado.
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En 2010 Alejo Mancisidor se convierte en su entrenador. Comienza a ganar Torneos de la ITF (segunda categoría del tenis profesional). Llegan victorias en Vinaroz, Mallorca, Torrente, Montemoro-Novo. Luego en Cáceres y Benicarló de categoría superior. Donde se consagra es en el Torneo de Florida venciendo a Grace Min, que había ganado el año anterior el US Open en categoría junior. «Seguido me voy a Miami. Había recibido una invitación para jugar ese torneo a pesar de mi edad junior. Elimino a varias Top 10 y en ese momento empiezo a creer que me puedo dedicar al tenis profesionalmente».
En 2013 inicia la temporada ganando su primer título WTA en dobles junto a Tita Torró en el Torneo de Hobart. Luego llegarán dos buenas actuaciones en los Torneos de Indian Wells y de nuevo en Miami donde llega a la cuarta ronda eliminando a varias favoritas como Carolina Wozniacki que había sido número 1 el año anterior.
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Lo peor le esperaba después del Torneo de Wimbledon. Es operada del tobillo derecho por sufrir una osteocondritis disecante de astrágalo. «Una lesión es lo peor que nos puede pasar a las deportistas. Recuerdo que no lo podía soportar. Un día le llamé a mi entrenador, nos fuimos a la pista, me senté en una silla y él me tiraba las bolas de tenis para darles con la raqueta. Necesitaba tener la sensación de sentirme una tenista». A pesar de estar retirada seis meses de las pistas, terminó el año como la número 64 de la WTA debido a sus buenas actuaciones.
Reaparece en Auckland llegando a cuartos y donde le elimina Venus Williams, que desde ese momento se iba a convertir en una inseparable compañera de viaje a lo largo de sus victorias y derrotas. El 11 de enero de 2014 ganó su primer Torneo de la WTA en categoría individual. Fue en Hobart ante Klara Zakopalova por un claro 6-4 y 6-0. En la rueda de prensa posterior, Muguruza declaró: «Esto es increíble. Un regalo por todo el esfuerzo que he hecho. Tener talento puede que esté bien. Pero lo que tengo claro es que cuando llegue, tiene que encontrarme trabajando».
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El resto de la temporada la completa con muy buenas sensaciones y mejores resultados. Llega a cuartos en Roland Garros donde cae frente a Sharapova que a la postre sería la campeona; pero dejando por el camino a Serena Williams que defendía título. También llegó a tercera ronda en Wimbledon y US Open, resultados que le catapultan a finalizar como número 20 del mundo con tan sólo 21 años.
El año 2015 será el de su metamorfosis definitiva. Llega a la final de Wimbledon donde sucumbe ante Serena Williams por un doble 6-4. Al finalizar el encuentro, la americana le dijo a Garbiñe: «Tú algún año serás la campeona de este torneo». Lo que en ese momento desconocía la pequeña de las Williams, era que un día su presagio se iba a convertir en realidad. En octubre, Muguruza alcanza la final de Wuhan donde perdió ante la otra hermana Williams. La semana después ganó su segundo Torneo de la WTA en Pekín ante Timea Bacsinszky por 7-5 y 6-4.
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En otoño Mancisidor deja de ser su entrenador. Él empezó a entrenarle cuando Garbiñe era una niña y le dejaba en un más que meritorio sexto puesto del ranking mundial. El lugar del hondarribitarra lo ocupa el francés Sam Sumyk que hasta entonces había entrenado entre otras a Victoria Azarenka con quien había logrado llegar al número 1. Este cambio fue determinante para que Muguruza pudiera recorrer la pequeña distancia que hay entre una de las mejores del mundo y la mejor. Termina el año jugando la final del Torneo de Maestras y llegando el número 3 de la WTA, su posición más alta hasta ese momento.
El 4 de junio de 2016 vence en la tierra batida de París a Serena Williams por un ajustado 7-5 y 6-4. Garbiñe recuerda cuando de niña veía a las hermanas Williams por televisión ganar Roland Garros. «Aita. ¿Te imaginas que un día me enfrente a las Williams y les gane?»
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El 15 de julio de 2017 el presagio que Serena Williams tuvo en la final de Wimbledon de 2015, se hizo realidad. Garbi para los de su casa, gana el torneo británico ante Venus por un claro 7-5 y 6-0. Lo curioso de esta historia es que el entrenador de Muguruza no le acompañó en este torneo por estar de baja paternal. Quien estuvo en esa victoria fue la que hasta ese momento era la última española en ganar este prestigioso torneo; Conchita Martínez le pasó el testigo a Garbiñe.
El 20 de agosto de 2017 gana el que hasta el momento es su último torneo de la WTA. Pero llegará con triple regalo. El primero es el de la propia victoria en Cinccinati, lo segundo que era ante la número 1 del mundo, la rumana Simona Halep. Tercero y más importante es que el 4 de septiembre se aupó por primera vez al ansiado número 1 de la WTA.
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La vida está llena de mensajes no escritos y muchas veces difíciles de comprender. Garbiñe Muguruza, la tenista que desde niña soñaba con ser la mejor del mundo y un buen día lo logró; a su vez tuvo que cederlo a las pocas semanas, el 9 de octubre de 2017, el día después de su cumpleaños. «Cada vez que gano un torneo como Roland Garros o Wimbledon, los tacho de mi lista particular de cosas pendientes. Lo mismo ocurre con llegar al número 1. Es algo que he perseguido desde niña».
Nacida en Caracas; con doble nacionalidad pero representa a España, decisión que tardó en tomar 2 años. Uno de sus hermanos fue campeón de Venezuela y ella ha llegado a ser número 1. Recorre el mundo con su equipo formado por 5 personas. A pesar de estar siempre acompañada hay muchos momentos en los que se siente sola y en la madrugada tiene que llamar a su aita o a sus hermanos para pedirles por favor que cojan un avión y se presenten allí donde ella esté; en China, EE UU o en Rumanía. Es una joven de estos tiempos. Activa en las Redes Sociales, como Twitter e Instagran. Le gusta cocinar, oficio que aprendió de su madre. Coqueta, alegre, competitiva y gran competidora. Digna heredera de Arantxa y Conchita y fue compañera de Nadal en el número 1 del mundo.
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Antes de jugar se pone música cañera de David Guetta para animarse y entrar con buen pie en los partidos. Partidos que ella comienza cuando ambas jugadoras están compartiendo vestuario antes del inicio del partido. Les observa para intimidarles o no les mira para ignorarles. Garbiñe Muguruza ha vuelto al primer plano del tenis mundial. Aunque haya perdido la final del torneo de Doha frente a la checa Kvitova, ya está en el podium de la clasificación de la WTA. Esperemos que pronto ascienda posiciones hasta el soñado número 1 que soñó desde que era una niña y que ya disfrutó el año pasado.
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