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Garbiñe Muguruza, con gesto de decepción en Roland Garros. reuters
Roland Garros

Muguruza no levanta cabeza

Cae eliminada en primera ronda en Roland Garros y prolonga una crisis en un 2022 nefasto después de conquistar las WTA Finals en noviembre

j. f. cachorro

Domingo, 22 de mayo 2022, 23:19

Otra despedida temprana de Garbiñe Muguruza en un gran torneo. En el mismo escenario que conquistó en 2016, la actual número 10 del mundo quedó eliminada ayer en Roland Garros al caer en primera ronda contra la estonia Kaia Kanepi (número 46) por 2-6, ... 6-3 y 6-4. No encuentra su juego y está haciendo las maletas demasiado rápido en un 2022 (9 derrotas y 7 victorias) fatídico para ella. El pasado miércoles, dijo adiós, en el segundo partido, al Torneo de Marruecos ante la italiana Martina Trevisan por 2-6, 4-6 y 6-1, solo unos días después de fracasar en su debut en el Masters 1000 de Roma ante la kazaja Yulia Putinseva por 3-6, 7-6 (7/4) y 6-1.

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Es la misma tendencia negativa que se mantiene desde hace semanas. A principios de mayo, se marchó del Masters 1000 de Madrid en la segunda ronda al perder de forma contundente contra la ucraniana Anhelina Kalinina (6-3 y 6-0). En marzo, su estrenó en Indian Wells comenzó con un 6-0 a su favor, pero acabó arrollada por la estadounidense Alison Riske en los últimos sets por 6-3 y 6-1. Este año se repiten los triunfos de la caraqueña en la primera manga, aunque también un inexplicable declive en los siguientes sets. Muguruza arranca como campeona pero no remata los partidos.

Muguruza vence con autoridad el primer set en los últimos torneos pero nunca consigue rematar los partidos

La hispanovenezolana había vuelto a París con el deseo de encontrar un cambio en un 2022 nefasto, tras sucumbir, también en su estreno, en la arcilla francesa la pasada edición. Dominaba ayer con el primer set a su favir (6-2) y con un parcial de 2-0 en el segundo, pero desperdició la ventaja y permitió que Kanepi reaccionara y venciera.

Su mala racha había comenzado en enero en el WTA 500 de Sidney, con la derrota en cuartos ante la rusa Daria Kasatkina, y continuó en el Open de Australia al verse superada por Alizé Cornet por 6-3 y 6-3 en segunda ronda. Entre otras causas, la número uno mundial en 2017 achacó aquel periodo de fiascos a «por lo que ha pasado dentro del equipo. Todos contrajeron el covid antes de venir aquí, estuvimos como quince separados, fue difícil hacer una buena preparación de cara a la gira australiana». Muguruza había llegado a Melbourne en la tercera plaza en el ranking internacional, gracias a sus triunfos en las WTA Finals, considerado el quinto Grand Slam, en noviembre y el WTA 1000 de Dubai en marzo de 2021, con lo que enterraba una sequía de casi dos años.

Crisis tras el número uno

Antes de su éxito en Dubai, Muguruza ya había pasado por otra etapa preocupante. A su conquista de Wimbledon, el torneo de Cincinnati y el número uno mundial en 2017 le sucedieron dos temporadas estériles en premios. En 2018 solo pasó de tercera ronda en Doha (final), Roland Garros (semifinal) y Miami, y 2019 continuó sin mejorías. Por ello decidió hace tres veranos prescindir de su preparador francés Sam Sumyk, después de cuatro años de relación, y confiar en la experiencia de Conchita Martínez.

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La extenista aragonesa tiene ahora que descubrir el misterio de la última caída de su pupila. «Está siendo una temporada difícil, con partidos que tenía en la mano y que no pude cerrar. Trato de recuperar la confianza y voy a seguir intentándolo. Estoy segura de que las victorias volverán», manifestó ayer en París una Muguruza que deberá renacer una vez más.

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