La luchadora vizcaína Naiomi Matthews vuelve a deslumbrar en Europa

«Por primera vez en mucho tiempo no me voy a quejar». Así de satisfecha terminó este martes en Roma su cuarta participación en el Europeo una de las luchadoras vascas más sobresalientes, Naiomi Matthews. La vizcaína, tetracampeona de España de grappling, una modalidad de lucha cuerpo a cuerpo basada en técnicas de derribo, volvió de Italia con un oro y un bronce colgado del cuello. Esto le ha dado, además, el billete a los World Combat Games que se celebrarán el próximo año, una prestigiosa cita en la que nunca ha estado presente. «Son como unas pequeñas olimpiadas para los luchadores. Estar allí es lo máximo», explica a este periódico.

Un premio que obtuvo al proclamarse campeona en su categoría, 53 kg., en la modalidad sin kimono, su cuarto oro en un campeonato de Europa. Y eso que con la estrategia con la que se presentó era consciente de que iba a partir en desventaja, pero pudieron más sus ganas. «Normalmente planteo las peleas desde la lucha libre, para intentar derribar al contrario y en el suelo dominar, pero este año como salía de la operación (dos hernias cervicales que la dejaron diez meses en blanco) no quería estar mucho tiempo arriba para que no me tocaran mucho el cuello». Optó entonces por basar sus duelos en el jiu-jitsu brasileño. «Eso implica empezar a la guardia, como sentada, y así son dos puntos ya de inicio que le dan al rival«.

Pese a todo ella era consciente de sus posibilidades y estaba convencida de que conseguiría remontar y darle la vuelta, como así fue. «Salió bien la jugada. Llegué a la final contra la rival más dura, la ucraniana a la que gané el último Mundial. Ella estaba convencidísima de que iba a ganar, por la cara que tenía, pero al final conseguí yo la victoria, aunque a los puntos«.

Al día siguiente, en la modalidad 'gi', con kimono, Matthews no pudo repetir y volver a subirse a lo más alto del podio, aunque sí logró estar presente en el último cajón, con el mismo planteamiento. «Empaté contra una polaca y cuando eso pasa sacan una moneda. Me tocó elegir a mí y es complicado porque tienes que elegir una finalización y la otra tiene que aguantar un minuto. A nivel internacional eso es muy duro. Perdí esa pelea pero luego gané en la que estaba en juego en bronce», declara, confesando que terminó «con rabia», al haber perdido la oportunidad de lucha por el oro.

Una sensación agridulce que apenas le duró unos minutos ya que poco después fue consciente de que lo que había logrado, dos semanas más tarde de alzarse con el título nacional, y tras recuperarse de su lesión, era «un buenísimo resultado». «Siempre somos muy exigentes y queremos todo, pero la verdad es que esto es más de lo que mucha gente puede desear. Ha sido gracias a mi tenacidad y al esfuerzo y ayuda de mis compañeros, que me han aguantado muchos días de bajón. Todo ha dado sus frutos«.

Y así, con los deberes «bien hechos», espera poder cumplir su gran objetivo de la temporada y de su carrera en los próximos meses, el de conseguir el doble oro mundial. En 2018 estuvo muy cerca. Lo logró en la modalidad sin kimono, pero con él, como le ocurrió esta vez en Roma, no pudo pasar del bronce. La vizcaína ha hecho todo lo posible para estar en esta cita, que posiblemente se celebrará en octubre en Serbia, pero no lo sabrá hasta que no se acerque la fecha. «Al ser este verano los Juegos todo el presupuesto va para los luchadores olímpicos, y no sabemos cuánto dispondrá la federación para el Mundial de grappling. Confío estar en la lista. A ver si hay suerte«.

Mientras tanto Naiomi seguirá afinando la maquinaria y preparándose junto a sus compañeros del Riders Fight Club de Getxo. También continuará haciendo y sirviendo pizzas, soñando con volver a ser la mejor luchadora del planeta.