Laurel Hubbard hará historia en Tokio

«Cumple todos los criterios de la Federación Internacional para ser elegida, incluidos los que se basan en las pautas del COI en relación a los atletas trans», señalan desde el Comité Olímpico de Nueva Zelanda, en relación al nivel de testosterona, que deben mantener por debajo de 10 nanomoles por litro durante un periodo de al menos 12 meses. »Reconocemos que la identidad de género en el deporte es un tema muy delicado y complejo que requiere un equilibrio entre los derechos humanos y la justicia en el campo de juego«, añaden, destacando su fuerte compromiso en el apoyo a »todos los atletas neozelandeses elegibles para garantizar su bienes físico y mental«.

Hubbard estará compitiendo por tanto el próximo 2 de agosto, a sus 43 años, en su categoría, más de 87 kg. , en la que figura en el puesto 16 del ranking mundial. Antes de iniciar su transición en 2013, con 35 años, cuando aún mantenía el nombre de Gavin, participó en numerosos torneos. En 2017 se colgó la plata en el Campeonato del Mundo y meses más tarde fue la primera atleta transgénero en participar en los Juegos de la Commonwealth en Gold Coast (Australia), donde tuvo un grave percance en el codo.

«Estoy muy agradecida y honrada por la amabilidad y el apoyo que me han brindado todos los neozelandeses», asegura Laurel Hubbard en un comunicado, recordando que el aliento de sus compatriotas tras esa dura lesión, que a punto estuvo de suponer su retirada, le llevó »a través de la oscuridad«. »El honor del helecho plateado viene de todos ellos, y lo usaré con orgullo«.

La deportista es consciente de la repercusión que generará su presencia en los Juegos, tras haber recibido ya numerosas críticas en los últimos meses. Sus detractores defienden que parte con una ventaja física por haber pasado su pubertad como hombre, sobre todo en cuanto a la densidad ósea y muscular. Una de sus rivales, la levantadora de pesas belga Anna Vanbellinghen, ya mostró su malestar hace unos días por la posibilidad que tenía Hubbard de acudir a los Juegos, afirmando que no tenía nada en contra de ella ni de la comunidad transgénero, pero que en un deporte como la halterofilia «quien haya entrenado o sepa lo que es hacerlo a un alto nivel sabe que esta situación es injusta para el resto«.