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INTERNATIONAL KORFBALL FEDERATION
Korfbal, un deporte en el que encestan juntos hombres y mujeres

Korfbal, un deporte en el que encestan juntos hombres y mujeres

Surgido en Holanda a principios del siglo pasado, guarda ciertas similitudes con el baloncesto y es practicado en más de 60 países de todo el mundo. En España solo en Cataluña, donde cuenta con una veintena de clubes y unas 1.500 licencias

Lunes, 27 de mayo 2019, 00:32

Es el único deporte de balón verdaderamente mixto, en el que los hombres no pueden tocar a las mujeres. Una curiosa práctica deportiva que surgió en 1902 en Holanda, gracias a un profesor de educación física, Nico Broekhuysen, que se empeñó en crear un juego en el que personas de ambos sexos pudieran jugar juntos en las mismas condiciones. Tiene muchas similitudes con el baloncesto, entre otras cosas porque el objetivo no es otro que el de introducir un balón en una canasta o cesta ('korf' en holandés, de ahí su nombre), situada a 3,5 metros de altura, sin tablero. El resto ya son cuestiones técnicas de este deporte que lo hacen tan particular.

Los equipos obligatoriamente deben de estar compuestos por el mismo número de hombres y de mujeres, cuatro y cuatro. «En un mundo donde la inequidad de género es un tema importante de debate, el korfbal actúa como mediador porque es un deporte —y tal vez el único— mixto», llegó a declarar a la BBC el capitán de la selección inglesa Ben King. Y es que dentro y fuera de la pista no existe discriminación alguna y todos, ellos y ellas son piezas fundamentales de un mismo equipo. Por ello arrancó en un inicio en las aulas, con un claro objetivo educativo, resaltando la cooperación y la integración de cualquier tipo de personas, independientemente de su sexo o condición física.

Sin embargo, ya en plena práctica, los duelos individuales son siempre hombre a hombre y mujer a mujer. Así lo indican las reglas. Hacer lo contrario se considera una falta grave: penalti. En cada equipo dos jugadores y dos jugadoras actúan en cada una de las dos zonas o mitades del campo, en ataque o defensa. Un juego colectivo en el que se trata de encestar en las canastas, situadas en este caso en medio de cada uno de los dos campos, siendo necesario la cooperación con los compañeros ya que solo se pueden dar dos pasos seguidos, nunca para adelante, antes de soltar el balón. Los partidos se dividen en cuatro cuartos, cada uno de ellos de 15 minutos, y cada vez que un conjunto anota dos goles, el equipo que estaba atacando pasa a defender, y al revés.

La selección holandesa, la más laureada de este deporte, levantando uno de sus numerosos trofeos. E. C.

El korfbal se presentó internacionalmente con demostraciones en los Juegos Olímpicos de 1929 y 1928, en Amberes y Amsterdam. Está reconocido por el Comité Olímpico Internacional, el COI, pero no forma parte de ningún programa olímpico. Actualmente se estima que está presente en más de 60 países de todo el mundo, desde Australia a Estados Unidos, pasando por India, Taiwán, China, Eslovaquia, Bélgica, Francia, Portugal, Israel o Sudáfrica. Precisamente en este último país se celebrará este año, del 1 al 10 de agosto, el Mundial, con Holanda de nuevo como la gran favorita, con nueve títulos en su haber.

A esta cita acudiráCataluña. Sí, han leído bien. Está enclavada dentro del grupo A, junto a las vigentes campeonas, la República Checa y Nueva Zelanda. «Como no somos un estado la Federación Internacional al principio no nos dejaba competir en torneos para países. Hace unos cuántos años, al tener ya un núcleo importante y cierto nivel, les explicamos nuestro problema. Como en el resto de España no se practica nos impedía ser Federación Española porque para eso tiene que jugarse en un mínimo de comunidades. Nos hicieron un trato de favor y pocos años después ya nos incluyeron como miembros de pleno derecho", explica Luis Rosa a este periódico, director técnico de la Federación Catalana de Korfbal. "Si este deporte fuese olímpico no podríamos participar, porque está organizado por el COI (Comité Olímpico Internacional)".

De Tarrasa al mundo

El primer Mundial de la Federación Catalana fue en 1999, y desde entonces no han faltado a ninguno. En el Europeo sumaron una medalla de bronce en 2016. Todo un hito. Pero, ¿cómo llegó este deporte a asentarse de tal manera en Cataluña? Sus primeros encuentros allí se registraron en 1985, "por los 'guiris' holandeses que venían ya jubilados". Un profesor, de nuevo como en sus inicios, lo conoció y lo implantó en un colegio de Tarrasa, localidad cercana a Barcelona. Su aceptación fue tal que no tardaron en formarse clubes y equipos. Actualmente Cataluña cuenta con una veintena de entidades que se dedican al korfbal (denominado también en algunos países korfball). "Hay en las cuatro capitales de provincia, Tarragona, Lérida, Barcelona y Gerona, con dos núcleos muy grandes en cada una de las dos últimas". En total hay unos 1.5000 jugadores con licencia, a partir de categoría junior, sin contar todos los que lo practican en edad escolar.

Alrededor de Tarrasa es donde los clubes cuentan con un arraigo y tradición mayor, como es el caso del Vallparadís o Castellbisbal. "Hace años que no hay un claro dominador, cada temporada la gana un equipo distinto", afirma Rosa, quien destaca el público "familiar" que suele acudir a los partidos. "La media de espectadores es de unas 300 o 400 personas. En los play-off y las finales tenemos que buscar un pabellón con una capacidad mínima de 500", asegura.

Irene Figueroa, jugadora del Castellbisbal, con el título de la liga catalana conseguido el pasado curso. I. F.

Irene Figueroa es una de las mujeres que practica korfbal. Lleva poco más de una década, desde los 15 años, en el equipo de su pueblo, Castellbisbal. "Empecé de casualidad. Yo tocaba en un grupo de batucada y en el colegio en el que ensayábamos entrenaban ellos. Había jugado a baloncesto desde pequeña y al verlo me llamó mucho la atención. Era era algo parecido pero a la vez no tenía nada que ver, y jugaban chicos y chicas juntos". Poco después se presentó en uno de los entrenamientos con un grupo de amigos y ya no pudo dejarlo, abandonando por él el baloncesto. "Me gusta porque no hay el rol del típico chupón de basket, es un deporte mucho más cooperativo. Necesitas a tus compañeros sí o sí para desplazarte por la pista porque solo tienes dos pasos. Es continuo movimiento. Es muy diferente. Y las chicas no estamos un escalón por debajo de ellos. Todos somos necesarios en la pista", remarca.

"Aquí no existe el rol típico de chupón de basket. Es un deporte más cooperativo, en el que necesitas a tus compañeros sí o sí. Todos somos necesarios"

irene figueroa

Poco después de empezar Irene debutó con la selección sub'16. Ahora forma parte de la absoluta. Con su club ganó una Supercopa, en 2015. Esta temporada no ha podido participar en el play-off por el título de liga. "Me he roto el cruzado hace un mes y me lo he perdido. En este deporte sufrimos mucho de lesiones de rodilla y tobillo", relata, explicando acto seguido que esto se debe a su gran intensidad "con cambios de ritmo y de sentido constantemente". ¿Y cómo se lleva lo de compartir equipo con chicos? "Perfectamente. Siempre nos hacen la típica broma de que si nos duchamos juntos... Para cada partido se necesitan 4 vestuarios distintos, dos para las mujeres y dos para los hombres. Luego ya las charlas la damos en uno, da igual el que sea".

La jugadora catalana lanzando a canasta en el Europeo del pasado año. I. F.

Un deporte que la Federación Internacional pretende que sea olímpico en 2028. Por ello lleva trabajando ya varios años. Quizá, de llegar a serlo, puede que los valores que transmite calen hondo en diferentes disciplinas o mentalidades. Un deporte inclusivo que cada vez tiene más demanda en los colegios de medio mundo. Mientras, si aún no se hace a la idea de cómo se juega a esto, aquí va un vídeo de las mejores jugadas de la final de la presente temporada en la liga holandesa.

 

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