Jone Magdaleno, la luchadora vizcaína que reina en Europa

Un oro que no hace más que refrendarla como una de las mejores luchadoras del mundo (antes de esta cita ocupaba la novena posición), ganando enteros para ser una de las que represente a España en los próximos Juegos. «Esto me hará creérmelo un poco más, ser consciente de que puedo llegar a cosas más importantes». Una victoria que le hará escalar varios puestos en el ranking olímpico, y que le clasifica directamente para el Mundial, que se celebrará en octubre.

Un título en el que además de la técnica, jugó un papel muy importante la fortaleza mental de Magdaleno. En cuartos de final se impuso a la húngara Csenge Patakfalvy (16-2), a la que en un duelo hace cuatro años solo pudo ganarle un punto. Ya en cuartos, se cruzó con la británica Chloe Roberts (8-9), antes de medirse en semis a la belga Sarah Chaari, en el asalto de oro (2-1). «Esta fue la rival más difícil, un reto personal. Hace tres meses me ganó de 15 puntos. Es una chica muy alta, mide sobre 1,90, y me costó mucho entonces coger la distancia, así que estuve trabajándolo mucho».

Ya en el duelo final, le tocó pelear por la corona continental ante otra vieja conocida, la checa Petra Stolbova, en un combate de nuevo igualado (11-11), que necesitó otra vez de un asalto extra. En este casó llegó después de que la vizcaína perdiera su ventaja, tras sumar siete puntos seguidos, al sufrir una amonestación a medio segundo del final por golpear antes de que indicara el árbitro. «Me amagó como que venía hacia mí y yo levanté la pierna. Nos tenían que haber amonestado a las dos, pero bueno, las cosas salieron así y para el espectáculo fue mejor, hubo una tensión que no veas».

Magdaleno supo tener la cabeza fría en el momento adecuado para no dejarse ir y cometer otro error. «Me di cuenta de que la había liado cuando tenía el oro en la mano, pero salí convencida de que me lo iba a llevar». Y así fue. Una patada con la zurda al peto decantó la balanza. «Me concentré solo en que lo iba a hacer y en cómo. Eso me dio el campeonato. Tenía claro que iba a ser sacando la izquierda por debajo».

Ya como reina de Europa la alegría se apoderó de ella, tirándose al suelo, saltando y abrazando a su entrenador, Miguel Ángel Herranz, al que agradece la apuesta personal que ha hecho por ella. «Estaba súper emocionada, ni me di cuenta de que me había tirado al suelo. De repente me vi ahí». En la grada, sus padres Arturo y Marisa, además de su hermano Oier, su pareja Gabri, y la exluchadora Elaia Torrontegui, que ayuda a la bilbaína nivel físico, también lo celebraron por todo lo alto, con camisetas creadas para la ocasión, con el nombre de Jone y el dibujo de un puño. «Al final es un objetivo y trabajo de todos. Yo vengo del club, de formarme con mis aitas. Llevo los últimos tres años en el CAR, mejorando muchísimo, pero la base es la base», destaca la luchadora.

En junio Magdaleno disputará sus últimos dos campeonatos de la temporada. Le espera el Grand Prix de Roma a principios de mes, y una semana después, el Open G2 de Luxemburgo. Dos nuevas citas en las que tratará de colgarse medallas para seguir sumando puntos y para agrandar aún más su figura.