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'Si tú me dices ven, lo dejo todo...'. La forma en la que Los Panchos declararon su amor no pasó desapercibida para el mundo. Han pasado varios años -exactamente 17- desde que el trío latinoamericano demostrase al resto de los mortales hasta dónde era ... uno capaz de llegar por otra persona. Sin embargo, permítanme los fieles admiradores la corrección, se les olvidó tener en cuenta que los seres humanos también somos capaces de dejarlo 'todo' por cumplir un sueño, sin que nadie nos lo pida. Es el caso de Igone Campos, que a los 27 años ha decidido dejar su trabajo como profesora para dedicarse de lleno al esquí y carrera de montaña. Es por ello, por su incondicional pasión por este deporte, por lo que EL CORREO ha querido distinguirla como 'Campeona de la Semana'.
«Estoy muy agradecida porque se reconozca mi trabajo», celebra la deportista de Zumarraga. Todavía con la 'resaca' de la victoria presente en su cuerpo -el 23 de febrero ganó el Campeonato de Euskal Herria de Esquí de Montaña en la disciplina de línea- ya se encuentra entrenando para la siguiente carrera. No hay descanso. Será del 13 al 16 de marzo en la Pierra Menta, más conocida como 'Tour de Francia' del esquí. ¿El objetivo? «Sobrevivir» a una de las competiciones más duras del calendario. «Van los mejores esquiadores, será difícil repetir victoria. Quiero sumar experiencia», apunta la deportista.
preparación
Aun así, dará guerra. Lleva preparándose para competir al «más alto nivel» desde noviembre. «Estuve entrenando en los Alpes y desde enero continúo mis jornadas en Jaca», desliza la guipuzcoana. Lo hace en la casa que tienen sus padres en esta localidad oscense. «Quiero estar más cerca de la nieve», confiesa. Trasladarse a lugares donde el calendario todavía continúa guardando al invierno los primeros meses del año -también diciembre- le ha llevado a la zumarragarra a tomar una de las decisiones más complicadas de su vida: dejar su trabajo como profesora en la ikastola Altsasu. «Cada vez que iba a la montaña me sentía más feliz». Una decisión de la que «no me arrepiento», aunque confirma que volverá a la docencia.
Con la subida del mercurio, el nivel de la nieve que hay en las montañas ha disminuido. Difícilmente uno se puede deslizar sobre un suelo rocoso, que hace 365 días estaba completamente cubierto por una blanquecina nieve, y curiosos turistas que hacen cumbre en 'shorts'. Es por ello que también 'explota' otro de sus fuertes, la carrera de montaña. De esta manera, a pesar de que el Sol haya 'desnudado' las montañas, Igone también corre a paso firme. Otra variante que ofrece la montaña en la que ella también se siente cómoda. «No podría elegir entre una y otra. En invierno me quedo con el esquí y en verano con la carrera», sonríe.
Si la montaña no va a Igone, es ella la encargada de acercarse a su segundo hogar. «Siempre que puedo tiro a la montaña». Lo hace con jornadas que se prolongan durante seis días a la semana. «A veces son de cuatro horas, aunque también llegamos a entrenar seis. Cuando competimos, en cambio, bajamos la intensidad», como es ahora el caso.
Es consciente de que no podrá vivir de la montaña. «No da dinero ni para vivir», confiesa. Esta pasión que le viene corriendo las venas desde pequeña, aunque en la que compite desde hace tres años, tratará de buscar la fórmula para compaginarla con el trabajo, al que volverá. En el futuro, «sueño con poder llevar a cabo estos dos deseos que me llenan tanto». Porque, 'si tú me dices ven, habrá felicidad'.
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