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«Creo que han sido los peores meses de mi vida, no se los deseo ni a mi peor enemigo. Por la situación que he tenido, y el problema personal de mi padre, he tenido que estar todos los días en el hospital con ... él. Momentos muy duros al límite de las emociones», explicaba la jugadora de bádmiton onubense Carolina Marín recientemente en una entrevista. Finalmente el accidente laboral que sufrió su padre el pasado mes de febrero ha tenido el peor de los desenlaces, y el señor Gonzalo Marín falleció en la madrugada del domingo como consecuencia de sus las secuelas que le dejó el suceso.
La Federación Española de Bádminton (Fesba) ha informado en un comunicado de que el padre de la jugadora ha perdido la vida tras «un largo periodo de lucha» en el que «no ha podido superar las consecuencias». El organismo ha expresado su pesar y trasladado su apoyo a Carolina Marín y a su familia «en estos duros momentos». El pasado mes de febrero la deportista viajó con urgencia a Huelva después de que su padre sufriera una caída en el trabajo.
Gonzalo Marín, natural de Santa Bárbara de Casa, cuyo pabellón de deportes lleva el nombre de la joven de 27 años, fue operado en el centro hospitaliario de Huelva capital y trabajaba en una empresa de material de oficinas. Siempre apoyó a su hija en su carrera deportiva y la acompañó desde la grada en sus éxitos más importantes, entre los cuales destacan el oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, tres campeonatos mundiales, cuatro europeos y varios open.
El pasado mes de septiembre Carolina escribió un mensaje en el que felicitaba el cumpleaños a su padre en Instagram. «Feliz cumpleaños al mejor padre que se puede tener. Siempre apoyándome en todos los momentos y teniendo su cariño allá donde esté. Que sigas cumpliendo muchos más, papi. ¡Te quiero!», le dedicó junto a una fotografía de ambos.
Hace apenas unos semanas Marín reconocía que el aplazamiento de los Juegos de Tokio 2020 había resultado ser una buena noticia para ella. «La situación de mi padre me estaba lastrando muchísimo, mentalmente no estaba en lo que tenía que estar para seguir compitiendo», confesaba sin dejar de subrayar que, como pronto, no volverá a competir hasta septiembre. La semana pasada se sentía fuerte. «Sé que voy a llegar, más que nunca, en mi mejor estado de forma. Habiendo conseguido la medalla de oro en Río, en los Juegos Olímpicos de Tokio no tengo otra duda que ir a por otra medalla de oro», afirmó.
Su amado padre ha estado en sus pensamientos en todo momento y Carolina se imaginaba dedicándole la medalla a él. Se visualizaba volviendo de Tokio con otro oro y disfrutándolo más. «Seguramente sería más especial por dedicárselo a una persona que en ese momento no va a poder estar en los Juegos Olímpicos viéndome», abundó.
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