Wimbledon despide a lo grande a Carla Suárez

Un gesto de cariño y de total admiración por la lucha que ha llevado a cabo contra el cáncer en los últimos meses, después de serle detectado durante el pasado verano un linfoma de Hodgkin. Ella misma había declarado días antes de saltar a la pista central inglesa que iba a ser «muy especial volver a sentir el cariño del público en Londres», pero no podía imaginarse que lo recibiría de una manera tan sentida y rotunda.

Desde el principio los aficionados que se dieron cita en el All England Club, en la que ha sido su décima participación en el cuadro principal, trataron de darle fuerzas. Como si jugara en casa. La canaria, a sus 32 años, respondió con un sensacional juego sobre la hierba londinense, salvando la segunda manga cuando iba perdiendo 4-5, poniendo contra las cuerdas a la gran favorita, que reaparecía después de su retirada en Roland Garros en segunda ronda por problemas en su cadera.

Barty puso a prueba la resistencia de la española y terminó por llevarse así el partido, que fue detenido durante unos veinte minutos en el primer set por la lluvia, pero no pudo hacer más que rendirse, ella también, a sus pies tras la disputa de la última bola. «Es una gran campeona, se la echará de menos», aseguró tras el partido, después de abrazar y de felicitar a Suárez por su gran actuación, haciendo un gesto con su raqueta hacia ella, reconociendo ante el público que la verdadera protagonista no era la que se había llevado la victoria sobre la pista.

La canaria, auténtico ejemplo de superación dentro y fuera de la cancha, como lo ha vuelto a dejar patente, regresó a la competición este mes de junio después de 17 meses de ausencia, para cumplir su sueño de colgar la raqueta en la pista. Tras caer en primera ronda de París y de Londres, la de Las Palmas representará a España este verano en los Juegos Olímpicos de Tokio, y se espera que siga sumando sus últimas sensaciones como tenista profesional en el Abierto de Estados Unidos.