La clavadista mexicana Paola Espinosa en los Juegos Panamericanos de 2019. E. C.

Una doble medallista olímpica, fuera de los Juegos por venganza

La mexicana Paola Espinosa asegura que ha sido castigada sin la plaza al negarse a publicar en sus redes sociales una carta en defensa de la responsable de la Comisión Nacional de Deportes, acusada de corrupción

Domingo, 27 de junio 2021, 00:05

La mejor clavadista de México, Paula Espinosa, no estará este verano en los Juegos Olímpicos de Tokio, lo que ha levantado un gran revuelo en el país. Según ha denunciado ella misma, su ausencia se debe únicamente a un castigo, por negarse ... a publicar en sus redes sociales una carta en apoyo a las autoridades deportivas de su país, cuando la máxima representante de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) está en entredicho acusada de corrupción.

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La saltadora asegura que no podía posicionarse hasta que el tema estuviera resulto y se aclarara dónde ha ido a parar el dinero para el fondo del Deporte de Alto Rendimiento en el país. «Como es algo que a mí no me consta no podía mostrar mi apoyo y ese ha sido el principal problema», explica con una gran frustración.

Esto ha echado por tierra su principal objetivo, que no era otro que tratar de volver a subirse al podio olímpico, en la que iba a ser su quinta participación, tras hacerlo en Pekín en 2008, colgándose el bronce, y repetirlo en Londres 2012 con la plata. En Tokio esperaba tomar parte en la prueba de trampolín sincronizado de 3 metros junto a Melany Hernández, con quien ganó la plaza para México en el Mundial de Gwangju disputado en 2019.

La explicación que le dieron a ambas fue que habían quedado últimas en el control técnico llevado a cabo por la federación de natación del país, en el que evaluaban la forma física de los saltadores. Espinosa asegura que hace un año les habían prometido su presencia en los Juegos. Debido al repentino cambio de opinión terminó personándose ante el presidente del Comité Olímpico Mexicano, Carlos Padilla, para pedir explicaciones, lo que parece ser que ha enrevesado aún más el tema. «Una colaboradora de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte me dijo que eso había enojado a Guevara, y que el error había sido mío». El propio Padilla afirmó poco después que la plaza era para el país, y no para ella en concreto, aunque Espinosa sigue manteniendo que se trata de una decisión personal, marcada por el ego y los intereses. «Todo se ha decidido en una mesa, y no tras un clavado».

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