Campeona de España y con orden de desahucio

Laura González

Jueves, 24 de diciembre 2020, 18:58

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Hace 13 años pesaba 100 kilos, y ahora se dedica a levantarlos. Shella Badaseraye, nigeriana de nacimiento pero residente en España desde hace dos décadas, es la actual campeona nacional de halterofilia. Hace un mes que se colgó tres oros en la categoría de 55 kilos. Un triunfo que dedicó a su hija Anahí, el motor de su vida, quien sufre una discapacidad del 98% y una parálisis cerebral.

Por ella se adentró en el mundo del deporte, empezando con el CrossFit y decantándose por las pesas. Con apenas unos meses la ansiedad por saber qué le ocurría a su hija, sin recibir ningún diagnóstico, le hizo engordar hasta el punto de complicarse su movilidad. Una de las primeras crisis epilépticas de la pequeña y el no poder socorrerla rápidamente debido a las muchas escaleras de los tres pisos de altura de su casa le hizo cambiar totalmente de hábitos.

Ahora es una mujer nueva, ha dejado su trabajo en la hostelería, donde debía de doblar turnos para sacar más dinero para hacer frente a los tratamientos y terapias de su hija, para lanzarse a emprender, abriendo su propio centro de entrenamiento en Palma de Mallorca. Pero su felicidad no es completa ya que pesa sobre ella y sobre Anahí una orden de desahucio de su casero, que este verano denunció a la deportista por no hacer frente a una subida del alquiler, de 550 a 700 euros.

Hace poco acaba de recibir una carta del juzgado en el que da la razón al duelo del inmueble, informándole de que se hará efectiva la orden de desahucio el próximo 26 de enero. Ella misma lo relata en el perfil de Facebook 'Una esperanza para Anahí', creado para solicitar donaciones para hacer frente a los costes de los tratamientos de su hija, necesarios para sobrellevar sin dolores el día a día, y tratar de tener mejor calidad de vida. «Esta situación empezó cuando rechacé la subida del precio del alquiler. Soy madre soltera y no puedo hacerme cargo de un alquiler tan alto. Mi prioridad es que Anahí siga recibiendo sus terapias y no veo normal tener que decidir entre el bienestar de ella y una vivienda digna y asequible a mi situación«.

La haltera deja claro que durante los años que ambas llevan residiendo en esa casa ha pagado todos los meses, sin ningún retraso. «Confiaba en que la Justicia me entendiera pero no ha sido así y este es nuestro regalo de Navidad. Estoy enfadada, triste y con mucha rabia por toda esta situación. He sido una buena inquilina, no he dado ningún problema al dueño ni a los vecinos y me pasa esto por no aceptar una subida que está fuera de mis posibilidades, por negarme a endeudarme«, declara. »No es justo tener que verme en la tesitura de tener que decidir entre el bienestar de Anahí y tener una vivienda, y menos perder el derecho a vivir tranquilas por no acceder al abuso«.