Que Ashleigh Barty tiene un talento y unas cualidades inigualables con la raqueta en la mano es ya un secreto a voces. La tenista australiana es desde el pasado verano, desde finales de junio de 2019, la número uno del ranking mundial del circuito femenino ( ... WTA). Logró subirse a lo más alto después de imponerse a la alemana Julia Goerges en la final de Birmingham, arrebatándole con 23 años el reinado a la japonesa Naomi Osaka, pocos días después de haberse proclamadocampeona de Roland Garros, el primer Grand Slam que se adjudicaba en su carrera.
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También hizo historia en noviembre del pasado año al ganar el mayor premio en la historia del tenis. Barty se embolsó3,9 millones de euros después de alzarse con la victoria ante Elina Svitolina en las WTA Finals de Shenzhen. Pero más allá de estos logros en este deporte, la australiana se ha destapado como una campeona multidisciplinar.
Y es que aprovechando su renuncia al US Open y a la gira europea del circuito femenino, al no sentirse preparada ni física ni mentalmente para emprender la competición en plena pandemia de coronavirus, decidió probar con el golf, demostrando que también tiene grandes dotes para este deporte. Tanto es así que se acaba de proclamar campeona en categoría femenina del torneo del Brookwater Golf Club.
Y lo ha hecho dejando muchas dosis de calidad. Se metió en los octavos de final como la mejor. El campeón masculino de clubes Louis Dobbelaar, no dudó en afirmar que Barty podría triunfar también como golfista, ya que a su juicio "tiene todas las herramientas si quiere seguir adelante, y si se lo propondría, lo haría". "He visto a otros que vienen de otros deportes y ella es la que más me ha impactado. Su golpeo es realmente bueno. Lo tiene de forma natural del tenis, cómo se coloca, su cuerpo, su mirada...".
La australiana, pese a borrarse de los últimos torneos del WTA, no se ha mantenido inactiva en las últimas semanas ya que ha conseguido reducir su hándicap de 10 a 4. Está siguiendo en parte los pasos de su padre, golfista aficionado que llegó a representar a Australia. Del swing de su hija se ha llegado a impresionar hasta el propio Tiger Woods, cuando coincidieron el pasado año en la Presidents Cup en Melbourne, y la vio en acción.
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Pero además del tenis y del golf, Ashleigh Barty también se desenvuelve a las mil maravillas en el cricket. De hecho, abandonó la raqueta por este deporte con 18 años, después de haber ganado la edición junior de Wimbledon tres años antes y de haber llegado a tres finales de Grand Slam en dobles junto a Casey Dellacqua. Quiso cambiar de aires cuando justo empezaba a despuntar, y dejó las pistas por la liga femenina profesional de cricket de su país, la Women’s Big Bash League, enrolándose en las filas del Brisbane Heat en 2015.
"El tenis se había convertido para mí en algo robótico y eso no es lo que quería. En el fondo sabía que si seguía yendo por ese camino acabaría totalmente desviada de mis intenciones, por lo que era el momento adecuado de alejarse y tomarse un respiro", declaró hace unos años en una entrevista en la FOX. 17 meses después de su momentánea retirada se dio cuenta de que estaba lista de nuevo para coger la raqueta y despegar nuevamente con ella, haciendo historia en su país y en todo el mundo.
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