Recientemente, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Vero Boquete, embajadora UEFA para el desarrollo del fútbol femenino y una de las mejores jugadoras del mundo, aprovechando la visita que efectuó a Lezama.
Publicidad
Durante la entrevista, Vero Boquete incidió en la importancia de la sociedad ... para avanzar en la lucha por la igualdad de género y afirmó: «es la gente la que cambia las cosas». Hay que recordar que ella formó parte del grupo de jugadoras que antes del Mundial de 2015 denunció a FIFA ante el Tribunal de Derechos Humanos de Ontario por discriminación de género, ya que las obligaban a disputar sus partidos sobre hierba artificial; algo impensable en el fútbol masculino.
¿Pero quién es 'la gente que cambia las cosas'? Si una lo piensa, se da cuenta de que sobre todo hay personas anónimas detrás de esa gente transformadora; nadie en concreto, acaso una suma incontable de mujeres que a lo largo de la historia dedicaron su vida sencillamente a intentar ser ellas mismas, o a que lo fueran sus hijas, sus nietas, conscientes de que les correspondían los mismos derechos de realizarse que a cualquier hombre. A pesar de que las enciclopedias con perspectiva de género rescatan a un buen número de mujeres emblemáticas, pioneras en la lucha por la igualdad en muy diferentes ámbitos y periodos de la Historia, lo cierto es que la mayoría de quienes abrieron camino quedará para siempre en el olvido. Estremece solo de pensar la cantidad de mujeres que no alcanzaron el más mínimo reconocimiento en vida y que, sin embargo, se rebelaron ante las discriminaciones que sufrían por el simple hecho de ser mujeres y dieron valiosos pasos en favor de una sociedad más justa. Cuántas de ellas sin ninguna mención: artistas, científicas, políticas… y cuántas practicaron algún deporte por vocación, derribando un muro de impedimentos. En el próximo Thinking Football Festival que organiza Fundación Athletic Club, tres de las nueve películas tratarán sobre ese mérito apenas visible. Cuántas innumerables deportistas que no fueron mínimamente respaldadas para hacer del deporte su profesión, pero que, sin embargo, no cejaron en su empeño y entrenaron por su cuenta, sin importarles las condiciones o los reparos, o superándolos con dignidad.
Lo único que consuela es pensar que, al menos su anonimato, no cayó en el olvido. En el ánimo de todas las que trabajamos en favor del deporte femenino hay un recuerdo para esa pionera desconocida. Durante el siglo XX, y ya con anterioridad, se erigieron numerosos monumentos a héroes anónimos, soldados caídos y no identificados. En nuestra memoria también hay una tumba que honramos en homenaje a la deportista desconocida. La gente que cambia las cosas.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.