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EFE
Pepito piscinas

Pepito piscinas

Martes, 12 de enero 2021, 23:13

¿Qué tal han empezado el año? ¿Muchos propósitos o despropósitos a la vista?¿Dónde les ha pillado Filomena? Yo estoy congelada por fuera aunque el frío no me quita las ganas de gritar bien fuerte emulando al Fary y su ya famoso «Detesto al hombre blandengue. ¡¡Detesto al hombre Pepito Piscinas!!»

Me explico, de todas es sabido que 'el macho' por excelencia es un ser fuerte, inteligente, superior, bien dotado para el deporte, hábil con las herramientas de todo tipo y seguro de sí mismo. A este tipo de 'señoro' lo podemos encontrar en cualquier ámbito de nuestras vidas. Por ejemplo, en la calle dándote instrucciones precisas para aparcar o en los foros de lactancia enseñando a las madres a dar pecho y también en tu trabajo cuando un cliente te explica cómo hacerlo mejor aunque lleves 20 años en el mismo.

Como decía, este HOMBRE, tiene su máxima representación en todas las piscinas del mundo, vayas a la hora que vayas cualquier día de la semana, bajo el arquetipo de Pepito Piscinas. No falla. No estoy generalizando, #notallmen blablabla, estoy hablando de todas y cada una de las veces que compartes calle con un SEÑORO. No importa si formas parte de un curso o estás nadando por tu cuenta, en la piscina siempre te vas a encontrar con un Pepito Piscinas. Las que nadan habitualmente seguro que no necesitan más detalles pero para las que no sois nadadoras o estáis empezando aquí van algunos tips para reconocerlo:

-El Pepito Piscinas no nada por placer, el Pepito Piscinas entrena como si mañana fuese a competir contra el mismísimo Phelps.

-Pepito Piscinas siempre va más rápido que tú. No importa que te llames Mireia Belmonte, él necesita adelantarte para ponerte en tu sitio.

-Pepito necesita TODA la calle para su entreno. No puede hacer nada por ocupar menos espacio. Él piensa que la calle es suya y su cuerpo escultural no entiende de espacios compartidos, son las demás las que molestan.

-Pepito nunca cede el paso, no puede perder un segundo y desperdiciar la fuerza de sus poderosos brazos.

-Pepito Piscinas pasará por encima de ti un mínimo de tres veces aunque luego tenga que parar para recuperar el aliento, disimulará ajustándose las gafas o haciendo como que mira el reloj mientras su corazón vuelve al sitio.

-Pepito Piscinas ignorará las instrucciones de su profesora, ¿qué va a saber ella que él no haya inventado?

Si no conoces a ningún Pepito Piscinas igual eres tú. ¿Y qué podemos hacer nosotras pícaras gamberrillas cuando nos encontramos a un ser superior nadando a nuestro lado? Pues lo que nos de la gana, habrá días en los que podremos ignorarle y otros en los que necesitaremos arrancarle la cabeza. En cualquier caso yo recomiendo respirar profundamente, coger impulso y seguir nadando. No hacernos pequeñas y escuchar a nuestro cuerpo. Recuerda: la calle (las calles) también es nuestra.

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