Perdonen que todavía me esté riendo del zasca que le han dado, de momento, las jugadoras del Sporting de Gijón a José María García. Este referente deportivo, venido a menos por sus últimos comentarios sobre el fútbol y las mujeres que lo practican, le ha ... llevado a convertirse en una vieja gloria de repente. Así, sin perspectiva de género ni nada que se le parezca en sus declaraciones, va cayendo en un pozo machista profundo y sin escalera para subir.
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Llevamos días que sólo se habla de la huelga de las mujeres en el fútbol, y llevamos años, esperando que alguno de los compañeros, esos que se llenan los bolsillos con cifras millonarias, den algún paso adelante para ponerse al lado de sus compañeras. A estas alturas, no se les espera. Ellos no entienden que no partimos de la misma línea de salida. Que ellos, durante años, han estado recibiendo del estado español, muchos beneficios que revierten en sus cuentas corrientes. Pero el juego limpio entre compañeros no se lo plantean.
Durante años, han estado recibiendo de la RTVE pública millones de nuestros impuestos para cubrir los diferentes encuentros. Ya es hora que ese reparto sea al 50-50 entre mujeres y hombres porque los impuestos, los pagamos también nosotras. Estas loterías y apuestas del Estado, que sólo emiten quinielas de fútbol femenino en marzo y para cubrir la cuota. Esas federaciones deportivas donde los hombres ocupan más del 80% de los puestos de trabajo y en muchos casos el 80% del presupuesto.
Durante años, han estado usando cesiones deportivas públicas para sus clubes. Los periodistas deportivos han llenado con toda la verborrea posible los domingos de nuestras radios públicas, y de paso sus bolsillos. En detrimento a las periodistas deportivas. Tener pene cualifica para hablar de deporte.
Seguimos viendo la ausencia de mujeres árbitras y sobre todo de la disparidad de salarios por el mismo trabajo. De 300.000 a menos de 3.000 anuales. Y claro, han visto a muchos árbitros quejarse de lo mal que están sus compañeras.
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Ya es hora de que nos plantemos. De que queramos poder cotizar y dejar la pasión para el campo del juego. No se entiende que los clubes quieran estar en primera división y que no puedan contratar a sus jugadoras. Si ustedes quieren estar en primera, pongan a trabajar a su personal a buscar patrocinadores y a traer dinero.
Nos parece una vergüenza que sigan planteando contratos de 20 horas a la semana. Ya solo en entrenamientos y desplazamientos esas horas se acaban. Y entonces, ¿qué? Una inspección de trabajo les llevaría a pagar multas por tener contratadas a las jugadoras menos horas de lo que deberían.
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Las mujeres no hemos llegado hasta aquí para seguir aguantando este sistema discriminatorio patriarcal deportivo. El deporte tiene muchos valores, y que los jugadores masculinos no se pronuncien dice poco de ellos. Ni los técnicos. Ni los árbitros. Ni los linieres…, ni los señores que campan a sus anchas por las federaciones que consideran sus feudos. No les voy a recordar a Villar y el gran despilfarro de su gestión, avalada por aquellos que se beneficiaban de las prebendas.
Señores, esperamos que llegue el 11 de noviembre y tengamos un gobierno de verdad. Con políticas feministas y que saque una ley que perme en todo el tejido deportivo y nos quite esta discriminación con la que vivimos en el deporte. Que traiga la igualdad a las federaciones, al CSD y al COE. Donde las mujeres sean el 50% de todo y tengan la mitad del presupuesto.
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Y sí, deberían empezar a apartarse para hacer hueco. Y dejar de hacer el ridículo diciendo que no sabemos tocar el balón. Haremos huelga. Hasta que sea necesario.
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