La despedida

Y aquí va la despedida. Como dice una jota de mi tierra: «Y aquí va la despedidaaaaa». Este que está usted leyendo es mi último artículo para EL CORREO. Le agradezco infinito que me haya seguido estos dos años y pico en mis pensamientos deportivos, si es que pueden llamarse así.

Agradezco también a este periódico la oportunidad que me ha brindado de explorar el mundo deportivo. Recuerdo cuando recibí la invitación a escribir sobre deporte practicado por mujeres, la primera respuesta fue un NO rotundo pensando que yo no podía hablar de algo que no sé, ¡no sé nada de deportes! Pero una no sabe lo que tiene hasta que no abre la maleta y busca bien. Resulta que sí tenía que decir alguna cosilla en el mundo deportivo. Esto ha cambiado a día de hoy.

Ya les he contado que yo rijo mi vida atendiendo a mis necesidades y, a día de hoy, escribir sobre deporte no es una de ellas. Decir adiós a las cosas que haces a veces cuesta. O sea, que me ha costado decidir no seguir publicando. No entendía muy bien porqué. No hay un porqué claro, la verdad.

Simplemente que ya no siento la necesidad de escribir en este medio sobre deporte. A estas alturas de mi vida me he vuelto muy exquisita a la hora de elegir en lo que invierto mi energía. Me he propuesto ser coherente conmigo misma todo el tiempo y no cuestionarme los porqués.

Dar espacio al silencio cuando no tengo nada que decir y permanecer callada como acción consciente no por omisión. Atender al silencio. En el silencio pasan cosas maravillosas, aparecen certezas, aprendizajes y caen etiquetas. Es un buen lugar para el reencuentro.

Sí, ya sé que llevamos mucho tiempo luchando contra el 'calladitas más bonitas', pero no es el caso. No callo nada. Simplemente no tengo nada más que decir. Tomo el silencio como acción no por dejación. Seguiré escribiendo, hablando, tomando acción donde necesite hacerlo.

Señoras, señores GRACIAS por leerme. Ha sido un placer.