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El próximo 12 de mayo se celebrará el Día Mundial de la Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica para subrayar la importancia de un diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades reales y no inventadas o imaginarias. El vivir con fibromialgia es un reto ... , y más aún cuando algunas personas se hacen la pregunta: ¿es la fibromialgia una enfermedad real? La respuesta corta es: sí.
Hoy sabemos que existe una sensibilización central. El Sistema Nervioso Central cambia su patrón de funcionamiento, se amplifica la percepción del dolor ante cualquier estimulo, se alteran los mecanismos de inhibición internos y cambia la conectividad neuronal. Todo ello da lugar a una sintomatología muy amplia, mucho más allá del dolor y la fatiga. Aunque con los nuevos criterios de diagnóstico la proporción de hombres padeciendo la enfermedad se haya incrementado, las mujeres siguen presentando una prevalencia mucho mayor respecto a los hombres.
El dolor generalizado, el insomnio, la falta de concentración, la rigidez y la fatiga entre otros, son los síntomas principales de la Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica. Se sabe que detrás de la aparición de estos síndromes, puede haber factores de predisposición, genéticos (agregación familiar), estrés crónico, traumas físicos (accidente de tráfico…) o psicológicos, así como la existencia de otra enfermedad que curse con dolor crónico o una infección vírica.
El tratamiento va encaminado a mejorar la sintomatología y la calidad de vida. Hay ciertos fármacos que en algunas personas pueden mejorar la sintomatología entre un 30% y un 50%, la terapia cognitivo conductual, las pautas de hábitos saludables tanto en alimentación como en la mejora del sueño, el aprendizaje de mecanismos de control del dolor y el ejercicio físico implementado de forma gradual, son terapias, que han mostrado su efectividad ayudando a disminuir la sensibilización central.
La evidencia científica en relación con los beneficios del ejercicio físico es cada vez más abundante (e.g, reducción de la intensidad del dolor y la fatiga, incremento en la capacidad funcional y calidad de vida). Así, el ejercicio físico, a través de profesionales educadores físico-deportivos que conozcan la enfermedad, debería diseñarse de forma individualizada, desarrollando una progresión asociada con las limitaciones físicas, necesidades psicosociales y recursos disponibles, para que pueda ser un tratamiento valioso.
La Asociación Alavesa de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica (ASAFIMA) tiene como objetivo principal la mejora de la calidad de vida de las personas afectadas con estas enfermedades. Entre sus fines principales destacan los de informar y sensibilizar a la sociedad en general, trabajar por el reconocimiento y el respeto de estas enfermedades a nivel sanitario, social, laboral e institucional. Así como promover y apoyar la investigación en este ámbito e informar y orientar a los afectados. En este sentido, se ha desarrollado una colaboración con la Facultad de Educación y Deporte (UPV/EHU) para el desarrollo y divulgación de una guía de Ejercicio Físico en Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica en abierto para toda persona interesada (consultar aquí).
«Comenzar despacio y avanzar despacio, siempre celebrando el éxito» debería ser el lema.
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