Jone Magdaleno, la luchadora bilbaína que quiere ser olímpica

Campeona de España en los últimos tres años en su categoría, -62 kilos, acaba de colgarse una nueva medalla a nivel internacional. Un oro, en Turquía. El mismo metal que hoy pretende conquistar en Albania, en la President's Cup, torneo en el que quien se suba a lo más alto del podio obtendrá el billete directo al Europeo que se celebrará del 19 al 22 de mayo.

Ella ya ha sido campeona continental a nivel universitario. A sus 24 años quiere serlo también en categoría absoluta. Cerró el 2021 con una plata y un bronce en dos citas internacionales, quedándose a las puertas de medalla en el Mundial. Este año ha empezado triunfando en el nacional y saliendo victoriosa en Turquía, donde fue la única representante española, y donde todos los combates los resolvió con una abultada ventaja. En la final, se despachó con un 26-6 de la checa Petra Stolbova, campeona de Europa sub'21.

«Antes solía ser una luchadora más reservada con los puntos. Con un 7-0 estaba más tranquila, pero ahora he cambiado el chip y sigo buscando más acciones aunque vaya con ventaja», declara la vizcaína a este periódico. Insaciable. «El haber ganado y de esta forma, con muchas acciones arriba, ha sido muy importante», añade Magdaleno, después de recobrar fuerzas tras un entrenamiento en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, al que se fue hace dos años y medio.

Este mes está siendo intenso para ella, con tres competiciones de alto nivel. Antes de ir a Turquía estuvo en Fujairah, en Emiratos Árabes Unidos, donde se quedó a un paso de las medallas. Hoy le espera Albania. «Junto con mi entrenador, decidimos que tenía que subir cuanto antes en el ranking olímpico y mundial para posicionarme mejor de cara a los siguientes campeonatos. Aunque no es lo idóneo tener tantos combates seguidos, yo me estoy encontrando muy bien. En los torneos puede que me lleve más golpes y haya más tensión, pero al final entrenas como compites. Es apretar un poco más, y salgo bastante entera de los combates», confiesa.

Una fortaleza que le ha colocado en el top-10 mundial. En el ranking olímpico un triunfo en su próxima cita le haría saltar varios peldaños, quedándose cerca del puesto 20. Buen paso para cumplir el sueño de ir a los Juegos. «Es mi gran objetivo y veo que cada vez está más cerca, pero tengo que seguir trabajando, y que sigan saliendo bien los campeonatos», afirma con los pies en el suelo. Al próximo no duda de que irá «a por todas», en vista de lo mucho que hay en juego. «Habrá un nivel increíble y además de que el oro clasifica directamente para el Europeo, te dan 20 puntos extra, que cuentan también para el ranking nacional».

Su sensacional progresión es seguida bien de cerca por sus padres, Arturo y Marisa, entrenadores de este deporte en el que su hija Jone empezó a competir con tan solo cinco años. De su mano fue creciendo en el taekwondo hasta que, terminada la carrera de Derecho, dio el salto a Madrid, para dedicarse en cuerpo y alma a este arte marcial.

«Fue a los primeros que llamé nada más conseguir este último oro. Me siguen ayudando en la distancia con las rivales y me intentan dar alguna pista a nivel técnico», afirma, asegurando que para ella sus consejos son un tesoro. «Me han visto desde mis primeras patadas y su opinión es muy importante. El último triunfo ha sido un punto de inflexión, he demostrado mucha evolución, y que me lo digan ellos también, que me ven más fuerte y agresiva, es enorme. Sin ellos, además de mi entrenador y el cuerpo técnico de la selección española, esto no sería posible». Un crecimiento dentro y fuera de la pista que espera que le siga reportando victorias y medallas, con el objetivo de llevar su nombre, y el de Bilbao, hasta el Olimpo.