La incombustible Chusovitina seguirá hasta Tokio 2021, con 46 años

Y puede que lo haga con los 46 ya cumplidos. Los hará el 19 de junio, pero está por ver aún en qué periodo se celebrará la competición. Lo que sí logrará es batir su propio récord ya que será la gimnasta de más edad en tomar parte en unos Juegos y la que suma más ediciones. De momento tiene siete. Y suma dos medallas. También destaca por ser la única que ha participado en esta cita defendiendo los colores de tres naciones diferentes. Primero lo hizo en Barcelona '92 con el Equipo Unificado o la Comunidad de Estados Independientes, la Unión Soviética, donde se alzó con el oro en equipos. Luego con Uzbekistán, en Atlanta 1996, Sídney 2000 y Atenas 2004, y también con Alemania, tanto en Pekín 2008 (donde logró una plata) como en Londres 2012. A este país se trasladó en 2002 cuando le diagnosticaron a su hijo leucemia, con tan solo 3 años. Allí se instaló para asegurarse un buen tratamiento.

Después de las Olimpiadas inglesas se retiró para ser entrenadora, pero tan solo dos años más tarde regresó al más alto nivel logrando clasificarse para Río de Janeiro, de nuevo con los colores de su país, Uzbekistán. Una historia, la de Chusovitina y el tapiz, que escribirá su punto y final en Tokio, meses después de lo esperado. Ella misma despejó cualquier tipo de duda minutos después de hacerse oficial el aplazamiento de los Juegos. «No voy a cambiar de planes. Otra temporada más en el gimnasio». 

En Brasil ya rompió todas las barreras con 41 años y dos meses, una edad nunca vista en la gimnasia olímpica. Y es que este deporte, tan castigado mental y físicamente, en el que la perfección marca los tiempos, parece que solo prima la juventud, con jóvenes que cercanas a los 30 años ya han abandonado las competiciones.

La uzbeka logró su plaza para Tokio hace cinco meses, en los Mundiales disputados en Stuttgart, compitiendo ante rivales que no habían nacido cuando ella ya daba volteretas en el aire. Con tan solo 16 años ya se había colgado dos oros y una plata en su primer Mundial. Ahora puede presumir de una interminable trayectoria en la que ha logrado ponerle su nombre a cinco movimientos recogidos en el reglamento de la Federación Internacional, y de ser la primera gimnasta sin estar retirada que ya ha ingresado en el Salón de la Fama.

En los últimos meses solo ha venido compitiendo en la disciplina de salto, pero para los próximos Juegos preparará el concurso completo. Y seguirá atreviéndose con el 'produnova', el más difícil todavía de los saltos, el que solo han conseguido realizar con éxito tres gimnastas en la historia. Cuando se puedan retomar los entrenamientos, parados por el coronavirus, volverá a completar sesiones junto a la otra leyenda, la bielorrusa Svetlana Boginskaya, con la que alcanzó la gloria en Barcelona.

Después de las Olimpiadas tiene otro reto, pasar a ser miembro del Comité Olímpico Internacional (COI). 30 deportistas, entre los que se encuentra Pau Gasol, han presentado su candidatura para optar a una de las cuatro plazas vacantes en la Comisión de Atletas. Las elecciones serán en la Villa Olímpica durante el transcurso de la competición.