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Mientras buena parte de los deportistas de élite de todo el mundo se resignan a ver aplazado su sueño olímpico durante un año y a tener que repetir su preparación de cara a Tokio 2021, otras personas podrían beneficiarse del aplazamiento de los Juegos a ... causa de la crisis del coronavirus. Este es el caso de la corredora turca Gamze Bulut, quien contaba con una prohibición de cuatro años hasta el próximo 29 de mayo. Se detectaron anomalías en su pasaporte biológico y se le retiraron todas las medallas recibidas entre 2011 y 2016 por dopaje. Le resultaba imposible participar en los clasificatorios para Tokio 2020, pero ya ha manifestado su intención de conseguir plaza para el año que viene.
Se calcula que 40 deportistas podrían llegar a beneficiarse del aplazamiento de los Juegos Olímpicos, aunque los sancionados por dopaje alcanzan casi el centenar. «Haré lo posible para estar allí», dijo Bulut, de 27 años, al respecto. Alrededor de 10.000 deportistas acudirán a Tokio 2021, entre ellos 2.000 atletas, y varios competidores se han pronunciado ya sobre una situación que consideran injusta. Pero las sanciones atienden a periodos de tiempo y no a competiciones.
«La penalización estándar por dopaje que establece el código de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) es una prohibición de cuatro años, diseñada de esa manera para vincularse con el ciclo olímpico», explica Brett Clothier, responsable de la Unidad de Integridad del Atletismo (UIA). «Es una anomalía que los Juegos Olímpicos se hayan movido de fecha, por lo que algunos atletas se beneficiarán de eso. Es una situación desafortunada pero muy clara según el marco legal, puesto que la prohibición se basa en periodos de tiempo y no está vinculada a eventos particulares», añadió en declaraciones a la agencia Reuters. Eso sí, si algún deportista se siente tentado a hacer trampas en los próximos meses debe tener en cuenta que se arriesga a perderse Tokio 2021 y París 2024 con una sanción de cuatro años.
La descalificación de Bulut y otras atletas de los Europeos de Helsinki 2012 terminó provocando que la madrileña Nuria Fernández se convirtiera en campeona de Europa de 1.500 cinco años después, cuando en 2017 la Federación Internacional anunció el suspenso de Bulut. Venció la turca Aski Cakir y le siguieron Bulut, la ucraniana Anna Mishchenko y las rusas Yekaterina Ishova y Kristina Ugarova. Nuria Fernández, quinta con 3,5 segundos más que Cakir, ascendió al primer puesto porque todas ellas fueron suspendidas por dopaje. «Y eso que yo no quería ir a Helsinki», celebró la española al conocerse la noticia. Fernández, quien también fue cuarta en el Mundial de Berlín de 2009, se retiró a finales de 2018 asegurando que, pese a todas estas dificultades, «volvería a repetir su vida deportiva».
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