Sydny Nasello, la futbolista rechazada en EEUU por sus ideas que busca su sueño en España

Laura González

Lunes, 14 de febrero 2022, 15:06

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En menos de dos meses, la vida de la estadounidense Sydny Nasello ha dado un giro totalmente radical. De ser una de las perlas del fútbol femenino de su país, pretendido por los equipos punteros, a verse obligada a hacer las maletas para buscarse un futuro a miles de kilómetros de su casa. Y todo por las redes sociales, por dar 'like' y retwittear mensajes contrarios a la participación de deportistas trans o a favor del muro fronterizo del expresidente Donald Trump.

Nasello, incluida en el mejor once de la temporada pasada en la liga universitaria (NCAA), y nombrada en 2020 como la mejor atacante de la competición, fue elegida la número 13 del draft de la National Soccer Women's League, la máxima división del fútbol femenino nacional en Estados Unidos, pasando a formar parte de Portland Thorns, después de brillar en la Universidad de Florida. Allí, con las UFS 'Bulls' Tampa, terminó el curso como la máxima goleadora, con 11 dianas en 19 partidos, después de haber sido además la jugadora con más asistencias del campeonato, y una de las principales responsables de los cuatro últimos títulos de conferencia de su equipo.

En el que era su nuevo club anunciaron a bombo y plantillo su incorporación, pero la entidad en vez de recibir aplausos por ese movimiento, por hacerse con la considerada como «dribladora más peligrosa de la NCAA», empezó a ser bombardeada con duras críticas. Numerosos aficionados bucearon en el perfil de Twitter de la futbolista topándose con 'likes' y retweets de Nasello, posicionándose a favor de ideas que consideraron racistas, misóginas y transfóbicas, que no dudaron en sacar a la luz y en compartirlas en las redes.

En un primer momento Portland Thorns pidió calma a la propia jugadora, viendo lo que se le estaba viniendo encima, pero debido a la gran presión social terminó por rescindir el contrato de la de Florida, a la que no le dio tiempo ni a pedir perdón ni a tratar de lanzar explicación alguna. Tras su fichaje frustrado privatizó su cuenta en Twitter y emitió un comunicado. «Me despojaron de mi sueño solo porque tengo creencias diferentes. Si tienes una opinión contraria no eres bienvenido en esa liga», lamentó, denunciando haber recibido amenazas e insultos. «Aprendí que las redes sociales son un lugar aterrador».

Mes y medio después de ello, y con la intención de pasar página y de seguir disfrutando del fútbol, cogió un avión rumbo a Tenerife, tras aceptar la oferta del Granadilla, conjunto de la Liga Iberdrola con el que estampó su firma hasta final de temporada, con opción a dos más. Este pasado domingo Nasello sumó sus primeros minutos con el cuadro isleño en la máxima competición femenina nacional, saliendo en la segunda parte del duelo que les midió al Villarreal en la Palmera, en el que certificaron con una nueva victoria la tercera plaza, con la que se cierra los puestos de Champions.

La propia delantera, que en abril cumplirá 22 años, se mostró muy emocionada el día de su presentación, agradeciendo al club tinerfeño la oportunidad de jugar de manera profesional por primera vez en su carrera, tras concluir su etapa universitaria. «Es increíble poder llegar a la Primera Iberdrola y poder jugar en España, declaró, definiéndose a sí misma como una »atacante polivalente« a la que le gusta dar oportunidades de gol a sus compañeras.

Un gran refuerzo de invierno que pese a haber dejado atrás su país, no ha hecho lo mismo con las críticas. Y es que desde que fichó por el Granadilla también en España le recuerdan constantemente el motivo por el que no está ahora defendiendo el escudo de Portland, pidiendo que en la Liga Iberdrola no se le de ningún tipo de bienvenida, más bien lo contrario. «Espero que reciba las patadas que merece». También hay quien atenta contra la entidad canaria: «Ahora os dedicáis a fichar escoria. Espero que este club de mierda desaparezca cuanto antes». De momento ni el club ni la propia Nasello se han pronunciado, con la esperanza de que pronto solo sea juzgada por su rendimiento dentro del campo.