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Desde que el 'caso Rubiales' desembarcó en los tribunales, la filtración de las declaraciones de los implicados ha sido una constante. Tanto que la propia Jenni Hermoso ha anunciado acciones legales, ha pedido «protección» en la Audiencia Nacional y ha amenazado con no declarar ... más si estas revelaciones no frenan. De hecho, la suya ha sido una de ellas. Sobre el beso no consentido que le propinó el expresidente dijo que «no me sentí respetada como persona». La futbolista declaró ante el fiscal las supuestas presiones por parte de Luis Rubiales: «Me tuve que ir de Madrid por gente que solo quería hacerme daño».
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I. Asenjo
La última filtración a los medios proviene de la comparecencia ante el juez de uno de los 'enviados' por Luis Rubiales al viaje de Ibiza donde las jugadoras celebraron el Mundial conseguido en Australia y Nueva Zelanda. Se trata del director de marketing de la Federación, Rubén Rivera, que compareció este martes ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número uno, Francisco de Jorge. El diario 'Marca' ha tenido acceso a los mensajes de WhatsApp que Rivera intercambió en la isla con Hermoso y que, en su defensa, puso en conocimiento del juez.
El responsable de marketing, que compareció el mismo que el exseleccionador Jorge Vilda, aseguró que en ningún momento «presionó o coaccionó» a Hermoso durante las 48 horas que pasaron en Ibiza y que la relación que mantuvieron fue cordial. Para ello aportó los mensajes que a continuación recomponemos:
Rubén Rivera envía el plan de viaje de los dos días en Ibiza, con las horas detalladas de las llegadas y salidas al hotel, la recepción en el Consell, las cenas y las discotecas Amnesia y Ushuaia, dos de las más conocidas en todo el mundo. Jenni Hermoso le pide a continuación si puede ir con las jugadoras una amiga suya, de nombre Ana, e insta a Rivera a «que haga su magia» para conseguirlo. Deseo concedido. Estamos en el martes 22 de agosto, dos días después de la final y uno después de la celebración en Madrid ante la afición.
Ese mismo día Hermoso, ya en Ibiza, por la tarde, manda un mensaje a Rivera en un tono desenfadado: «Rubén, puedes decir a tu mujer que no tengo bikini. Que me ha preguntado y le he dicho que sí tenía, jaja». Al día siguiente Jenni escribe a Rubén para pedirle un nuevo favor: quiere llevar a Ushuaia a seis amigos.
Rubén Rivera: «Sí, sin problema, pásame los nombres, por favor. Tenemos que coordinar para llegar a la entrada VIP todos juntos y no habrá problema. ¿Crees que podrás conseguirlo? A qué hora queréis que salgamos del HYDE (nombre del hotel en el que están alojados) rumbo a Usuhaia para tener el bus previsto?»
Jenni Hermoso: «Iremos directos desde el barco de Cata Coll (la portera de la selección), no desde el hotel. Tengo un amigo que nos ha reservado una habitación para cambiarnos, cuando lleguen las demás vamos todas a la VIP».
Rubén Rivera: «Joder, es que pasan tantas cosas al a vez que es difícil seguiros».
Jenni Hermoso: «Jajaja, yaaaa. Es una locura».
Rubén Rivera: «Si no me contáis las cosas me será difícil ayudar». A continuación manda fotografías del reservado que van a disfrutar esa noche en la discoteca, a lo que Hermoso contesta «¡está súper genial!».
Rubén Rivera: «¿Y cada una va con sus invitados en su barco?»
Jenni Hermoso: «Sí, estamos todos juntos con las familias y acompañantes. Entramos todos juntos, tanto desde Hyde como desde la habitación que me han dado».
Rubén Rivera: «Perfecto, pues 'porfa' los de Hyde que me digan cuántos y a qué hora para avisar al bus que les lleve. Gracias».
La conversación entre ambos se retoma al día siguiente, el jueves 24, último día en Ibiza.
Jenni Hermoso: «Buenos días Rubén. ¿Podemos recoger las cosas de la habitación esta tarde para ir a ducharnos e irnos al aeropuerto?».
Rubén Rivera: Sí, sin problema. Solo avisad al hotel y ya está».
Jenni Hermoso: «¿Sigue el de la 'van' a disposición? No me coge el teléfono. ¿Estará de resaca?».
Rubén Rivera reenvía un audio del chófer en el que le indica el punto de recogida. Son los últimos mensajes que ambos intercambian y que la defensa de Rivera los emplea para dejar constancia de que la relación entre el director de marketing y la futbolista fue normal, sin presiones de ningún tipo.
Entre medias vienen las supuestas presiones que Hermoso ha denunciado. La primera persona es el director de Integridad de la FEF, Miguel García Caba. «Nos fuimos a Ibiza. Según llego con Rubén, director de Marketing de la Federación, me pasa su teléfono y Miguel García, que era el de Integridad de la Federación, me comenta que tengo que hacer un Zoom inmediatamente para decir la verdad, lo que ha pasado, que el beso ha sido una tontería y que ya está. Le pregunto si estoy obligada, y me dice que 'sí, lo hemos hecho y lo haremos con otras personas. Esto va en el protocolo de la Federación. Es un momento'. Le digo que no sé de qué me está hablando y que tengo que hablar con mis agentes para ver cómo tengo que proceder. Le dije que le pasaba el contacto de mi agencia pero que no tengo batería. Rubén seguía a mi lado, le digo que ya está, que ya se lo mandaré y Rubén coge el teléfono y me dice que me lo carga. A los 5 minutos vuelve y me dice si me da ya el teléfono. Le digo que me deje tranquila, acababa de llegar a Ibiza, con dos días sin dormir. Le dije que deje el teléfono», contó Hermoso.
Aquí entra en juego la figura de Albert Luque, director deportivo de la selección masculina, que declaró también este martes en calidad de acusado por intentar coaccionar a Hermoso para que respaldara la versión de Luis Rubiales por el beso no consentido durante la entrega de trofeos del Mundial.
«No sé nada más del tal Miguel. No me vuelve a llamar. Recibo el teléfono, sigo haciendo lo mío, y otra vez Rubén me pregunta si puedo hablar con Albert Luque. Es un trabajador de la Federación con el que tengo una relación buena y de confianza. Recibo un mensaje de enhorabuena y me pide si podemos hablar. No respondo y me avisan que quiere hablar conmigo. Rubén se va, sigo comiendo, el mensaje de Luque se queda en el teléfono. Descansamos un poco, nos vamos a hacer una rúa por Ibiza y nos vamos al hotel. Rubén seguía insistiendo que hablara con él y le contesto. Le digo que lo hago porque tenemos confianza pero que no voy a hablar con nadie de esto, pero que lo entienda y que le agradezco el mensaje. Me dice que 'solo quería hablar contigo no para que hicieras algo'. Antes me dice '¿no vas a hablar conmigo con la confianza que tenemos?».
Después Rivera, por petición de Luque, intentó hablar con Ana, la amiga de Hermoso. «No supe nada más de Albert, pero ahora viene mi amiga Ana. Está conmigo en Ibiza y yo en una hamaca tumbada veo que le llama Rubén. Le hace un gesto como para que vaya y va. Habla con él e insiste en que Albert quiere hablar conmigo, aunque sea solo unos minutos. Le digo que no, que me dejen disfrutar de ese momento. Que desde que salí de Sidney hasta Ibiza ni ahí estuve tranquila. Me sentí presionada. Después ya viene el acoso a mi amiga. Estuvo como cuatro o cinco horas, yo me preguntaba cómo era posible. Con Rubén insistiendo a mi amiga que fuera un minuto», declaró la jugadora del Pachuca en la Audiencia Nacional.
En otra filtración, el diario 'El Mundo' reveló la semana pasada la conversación entre Luque y Ana. «Me parece tan injusto, tan injusto, lo que se le está haciendo a Luis. Me parece de tanta bajeza humana la actitud de Jenni... Tan poca empatía y humanidad», le escribía el directivo a la amiga de Hermoso. Para suavizar el tono del mensaje y convencer a la mujer de que concertase un encuentro con Jenni, Luque le transmitió que se dirigía a ella como «Albert» y «no como Federación». Y el director de la selección insistió en conseguir el encuentro. «¿No recibir al director deportivo de la RFEF y amigo dos minutos?», escribió. Incluso suplicó un «un simple gesto» para «quitarle» a Rubiales el «marrón más grande de su vida».
Pero la decisión de Hermoso y su entorno estaba tomada: se pronunciaría a través de su agencia de representación. Y así fue. «Sólo le deseo que la vida le devuelva lo que está haciendo pagar a una persona injustamente», le recriminó Luque a su amiga. Acto seguido, esta se disculpó con el directivo: «La agencia de Jenni se encargó de emitir el comunicado. Mi función aquí era la de mantener la tranquilidad de Jenni en unos días de descanso que debía disfrutar después de todo lo vivido y conseguido. Siento si el resultado no es el que te hubiera gustado pero esto se ha escapado tanto, que a mí personalmente se me escapa de las manos».
La amiga de Hermoso zanjó la conversación exigiéndole a Luque comprensión: «Ella está en una situación muy difícil, como amigo la tienes que entender (...). Me sorprenden tus palabras con lo de desearle el mal a Jenni cuando me dijiste que sois amigos de tanto tiempo y que no te posicionabas de parte de ninguno de los dos».
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