Espectacular aumento del número de niñas que juegan al fútbol en Bizkaia: mil más en un año

Bilbao y Bizkaia serán este sábado el corazón del fútbol femenino del Viejo Continente por la disputa de la final de la Champions League en La Catedral. Todos los ojos mirarán a la villa y al territorio, donde futbolistas como Irene Paredes y Damaris Egurrola (Barcelona y Olympique de Lyon), ambos con pasado en el Athletic e ídolos de muchas niñas, lucharán por el título. Son estas iniciativas, como la disputa de un encuentro de tanto brillo a un paso de su casa y la aparición de referentes –Aitana Bonmatí y Alexia Putellas, las estrellas más brillantes del firmamento femenino, también pisarán La Catedral– los que impulsan la práctica de un deporte hasta hace tiempo 'vetado' para las más pequeñas. No solo porque quizá no les atraía sino también porque había un rechazo social hacia esas menores que elegían el balón de fútbol, en lugar del baloncesto u otras disciplinas deportivas. «Antes si jugabas al fútbol eras un poco la rara. Ahora no. Ahora las niñas no es que quieran hacer deporte, es que quieren jugar al fútbol», confirma Roberto Salgado, coordinador del Bilbao Artizarrak, un club que se ve en la encrucijada de tener «que decir no a muchas niñas. No nos da el espacio para contar con más equipos», lamenta.

Existe una alta demanda por parte de las chicas para saltar a un campo de fútbol, coinciden todas las personas consultadas. «Hemos duplicado el número de niñas en los últimos tres años», afirma Aitor Martínez, del Basauriko Kimuak. Y no solo por esa mayor visibilidad mediática que se la ha concedido a esta actividad en su vertiente femenina o por el título logrado por España en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda del pasado verano. «Está muy claro que influyó. Nos encontramos en septiembre con una gran cantidad de niñas a las que nunca les había gustado el fútbol y querían jugar», estima Arantza Andrés, presidenta delPeña Athletic y exjugadora.

También se debe tener en cuenta que en Bizkaia se ha configurado un proyecto, Pasa Baloia Neska, impulsado por la Diputación, la Federación y el Athletic, que aporta un saber hacer y formación tanto deportiva como de gestión a los clubes que lo precisen. «Hay entidades que no saben cómo arrancar. Voy a poner un ejemplo: el otro día en Berriz hicimos una jornada de puertas abiertas y aparecieron 50 niñas que querían jugar al fútbol. En Amorebieta, lo mismo. También en Betolaza con unas chicas que juegan a baloncesto. Cuando entrenas con técnicos, metodología, con formación y se acude a los campos a ver la evolución, se obtiene una respuesta. Se está trabajando mucho en la base», expone Gari Fullaondo, director de Pasa Baloia Neska y fundador de Kimet Sport. Martínez, de Basauri, refuerza esta idea. «Ahora tenemos entrenadores con mayor formación. Antes costaba encontrar entrenadores para las chicas. Ahora es más fácil. Y eso da seguridad a los padres», destaca.

Este punto es muy importante para la Federación Vizcaína de Fútbol. «Llevamos tres años de plan estratégico del fútbol femenino. Se están haciendo cursos con entrenadores, con coordinadores, para que tengan titulación. Tenemos un control estricto, una protección al menor, porque lo importante es que se diviertan en un entorno seguro», aporta Labrador, que enumera una serie de actividades realizadas en la última semana: una charla en la que participaron una leyenda del Athletic como Iraia Iturregi y Clara Pinedo y Sara Ortega, campeonas del mundo en categorías inferiores, y el día del fútbol femenino celebrado el domingo en la explanada de San Mamés: «Esto contribuye a que muchas niñas quieran buscar un equipo», indica el vicepresidente de la Vizcaína.

Sin embargo, este considerable incremento de licencias también tiene una cara B. Por ejemplo, la falta de espacio. Le ocurre al Bilbao Artizarrak, también al Basauriko Kimuak... Y a otros tantos. «No hay campos para tantos equipos», coinciden varias fuentes. De hecho, existe un proyecto federativo para que las más pequeñas empiecen en el fútbol sala y luego pasen el fútbol 7. Además, también se produce un aumento de las diferencias entre los equipos. «Se dan marcadores más abultados», señala Andrés, del Peña Athletic. «Las diferencias –acepta Salgado– son inmensas. Pero de la cantidad suele salir la calidad». Y de momento, la cantidad crece a pasos agigantados. Las niñas pegan fuerte al balón en Bizkaia.