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Las futbolistas españolas saltaron al césped del estado Gamla Ullevi con el lema 'Se acabó' en las muñequeras. Con ese mensaje escrito en una pancarta ('Se acabó. Nuestra lucha es una lucha global') posaron abrazadas a las jugadoras de Suecia, su rival en el inicio ... ayer de la Nations League. Era el gesto del compromiso. La selección española es ya una inspiración sin fronteras. Con el brazo arriba. Contra el machismo; como contra el racismo dos atletas estadounidenses en los Juegos de México 1968, Tommie Smith y John Carlos, protestaron también con el brazo arriba y sus guantes negros. España está dispuesta a ganar esa batalla y también ganó sobre el campo con un penalti en el descuento marcado por Mariona Caldentey que fijó en el marcador el 2-3 final. El abrazo entre todas fue como una liberación. Después de semanas de desasosiego por el 'caso Rubiales', las campeonas del mundo recuperaron la sonrisa. Formaron un corro. Unidas en defensa de la igualdad.
Suecia
Musovic, Bjorn (Sembrant, min. 65), Ilestedt, Eriksson, Andersson, Angeldal (Bennison, min. 65), Asllani (Janogy, min. 78), Rubensson, Kaneryd (Jakobsson, min. 65), Blackstenius y Hurtig.
2
-
3
España
Coll, Batlle, Paredes, Aleixandri, Olga Carmona, Aitana Bonmatí, Tere Abelleira, Alexia Putellas, Athenea del Castillo (Eva Navarro, min. 71), Lucía García (Amaiur Sarriegi, min. 79) y Mariona.
Goles: 1-0: min. 23, Eriksson. 1-1: min. 38, Athenea del Castillo. 1-2: min. 77, Eva Navarro. 2-2: min. 82, Hurtig. 2-3: min. 95, Mariona, de penalti.
Árbitra: Rebecca Welch (Inglaterra). Amonestó a Kaneryd y Lucía García. Expulsó a Ilestedt por roja directa (min. 94).
Incidencias: Partido de la primera jornada en el grupo A4 de la Liga de Naciones disputado en el Gamla Ullevi de Gotemburgo.
Era un partido de fútbol. Nada más. Y era también un símbolo. Nada menos. Tras, como denunció Alexia Putellas, «décadas de discriminación», la selección femenina se proclamó campeona del mundo hace apenas un mes. Las jugadoras vieron cómo su fiesta se aguaba con el beso de Luis Rubiales, presidente de la Federación española, a Jenni Hermoso durante la celebración. Fue la gota. Todo se desbordó. Las jugadoras se pusieron en pie frente a lo que consideran un abuso y han comprobado la enorme altura que ya tienen. En voz alta dijeron: 'Se acabó'. Las mejores del mundo aspiran aún a más, a construir un nuevo retrato de la sociedad.
Y el deporte es su eco. El fútbol, desacreditado por tantos escándalos y tanta violencia, ha descubierto gracias a ellas una nueva versión. Femenina. Luchan por los títulos y por cambiar las cosas que no aceptan. Aspiran a ser el espejo para las nuevas generaciones. Por eso, han pedido cambios inmediatos en la Federación.
Ese proceso se ha acelerado exponencialmente tras el beso de Rubiales. Durante estas semanas, la tensión ha sido permanente entre el organismo, ahora dirigido por Pedro Rocha, y las futbolistas, que fueron convocadas a la fuerza para este partido ante Suecia. Una reunión de urgencia con Víctor Francos, presidente del Consejo Superior de Deportes, abrió la puerta a una solución. Las jugadoras, con sólo un par de excepciones, optaron por vestirse la camiseta de España. Siguen, más si cabe, comprometidas con su reivindicación de igualdad. Y, además, acordaron luchar por esta Nations League que, como premio añadido, reparte las dos plazas que dan acceso a los Juegos Olímpicos de París 2024. Para alcanzar esa meta tendrán que llegar a la final. Y antes es preciso lograr el primer puesto del grupo A de la Nations League, compartido con Suiza, Italia y Suecia.
Rubiales en su caída arrastró al seleccionador, Jorge Vilda, sustituido por Montse Tomé, a quien las jugadoras cuestionan por su servidumbre a los responsables federativos ahora apartados. Tomé, en ese ambiente espeso, apostó por nueve campeonas del mundo en el equipo titular, más la central Laia Aleixandri y la extremo Lucía García. Irene Paredes era la capitana y Alexia Putellas ocupaba el lugar de la ausente Jenni, no convocada, según Tomé, «para protegerla». «¿De qué? ¿De quién?», replicó la futbolista excluida. Con el peso de tanta polémica y con varias noches seguidas durmiendo sólo unas horas, España saltó al Gamla Ullevi para medirse a Suecia, número uno del ránking FIFA, ante 17.000 espectadores que apoyaban la lucha por la igualdad que mantienen las campeonas del mundo. Son una ola. Tsunami.
Ya con el balón en juego, Suecia impuso pronto su físico. Y su altura. Eriksson cabeceó a gol, 1-0, un saque de esquina lanzado por Asllani, la bisagra que hacía girar el juego nórdico. Era el minuto 23 y España se descompuso un rato. Como si notara el lastre de todo lo sucedido. Pero están acostumbradas a pelear cuesta arriba. Dieron un ejemplo de profesionalidad. Mariona inició sus galopadas. Alexia, Tere Abelleira y Aitana agarraron el volante. Y Athenea, en el minuto 37, empató con un disparo lejano que no acertó a atajar la meta sueca. Era un partido sin crispación en la grada; sin disimulos ni trampas sobre el césped. Otro fútbol.
La seleccionadora Montse Tomé se quitó una gran peso de encima cuando la colegiada pitó el final del partido. La victoria ante Suecia en el primer duelo de la Liga de Naciones ponía fin a una semana convulsa de la mejor manera posible. Consciente de ello, la sustituta de Jorge Vilda dirigía su primer encuentro con La Roja y reunió a las futbolistas sobre el césped para decirles que «es un día en el que han dignificado la profesión que tanto disfrutan y me he sentido feliz».«Ha sido un debut especial en una semana complicada, pero sentía que podíamos cambiar esa energía y centrarla en el fútbol», señaló Tomé. La técnico asturiana señaló que vivió el partido «con mucha tranquilidad, intentado disfrutar de cada momento» y . Durante el partido hemos ido de menos a más y me he encontrado feliz porque las hemos podido ver disfrutar haciendo lo que mejor saben y sobre todo me alegro muchísimo por ellas»
«Por fin hemos vuelto a jugar», se felicitó Athenea. Se quitaron los grilletes en la segunda mitad. Abrieron huecos. Más precisas. Eva Navarro recortó y disparó a la escuadra sueca. Era el merecido 1-2. El equipo nórdico le echó coraje y músculo. Tras un rebote, Hurtig empató. Y ese parecía el desenlace cuando en del descuento Amaiur forzó un penalti. Mariona lo anotó. Son campeonas del mundo y quieren el oro olímpico. Eso y sus derechos. «Han dignificado su profesión», les felicitó la cuestionada seleccionadora. Ganaron también en el campo.
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