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Lucía García e Irene Paredes no han coincidido en el vestuario del Athletic por poco, cuestión de semanas. La central ganó la Liga en 2016 y se marchó al PSG, y ese mismo verano los bilbaínos firmaron a la delantera procedente del Oviedo Moderno. Apenas ... les separaron unos meses, un abrir y cerrar de ojos. Tres años después, y tras compartir la caseta de la selección absoluta varias veces, las dos están embarcadas en una emocionante aventura que se llama Mundial de Francia. Arrancará el 7 de junio y ambas estarán allí para soñar con los ojos abiertos. Reciben a EL CORREO en Tafalla, donde estaban concentradas para preparar el amistoso de ayer ante Canadá y ultimar su puesta a punto de cara a la cita gala. En esta entrevista realizada sobre el césped del campo del Peña Sport, abarrotado de niños que no dejaban de reclamarles y gritar sus nombres, hablan del fútbol, del papel de la mujer en un deporte tradicionalmente masculino, de lo conseguido y de lo que falta por conseguir, de sus objetivos y deseos, de sus equipos, del Athletic.
– ¿Se han puesto al día con temas rojiblancos?
– Irene Paredes: Sí, pero ya llevamos tiempo coincidiendo aquí y estamos al tanto la una de la otra.
– Lucía García: ¡Le cuento bastantes cosas, casi todo!
– ¿Cómo es el día a día y la convivencia antes de un torneo tan importante como el Mundial?
– I. P.: No tiene nada de especial. La gente que viene aquí lo tiene muy claro. Estamos centradas en los entrenamientos, en mejorar y en ajustar los detalles. Ya hay nervios por la proximidad del Mundial, pero son nervios buenos. Estamos preparadas, llevamos muchos años jugando y hay gente que ha disputado finales de Champions, Copa, Liga... Nos hemos enfrentado a situaciones importantes y estamos listas.
– L. G.: Estamos bien. Llevamos un par de semanas juntas. Lo que tenga que ser, será. Hay nervios por las fechas y queremos que empiece el Mundial. Estamos con ganas.
– España jugó su primer Mundial en 2015, en Canadá, y ahora vuelve a repetir partiendo de un grupo con Alemania, Sudáfrica y China. ¿Llegar a Francia es un éxito o habría que aspirar a algo más?
– L. G.: ¡Yo vi el Mundial de Canadá por la tele!
– ¿Vio jugar a Irene?
– L. G.: Sí, claro. Y vi el Mundial. Vi casi todo y eso que en mi casa no había todos esos canales (risas). Estuvo bien –entonces tenía 16 años–.
– I. P.: Ahora deberíamos aspirar a algo más ya que no somos aquellas novatas. La Liga y la selección han evolucionado mucho. La preparación que tenemos aquí (con España) es muchísimo mejor. Nos clasificamos de manera perfecta, ganamos todos los partidos, vamos a más y podemos competir contra cualquiera. En Canadá estuvimos un poco verdes. La preparación no tenía nada que ver con la de ahora ni los entrenamientos tampoco. Lo que queremos es ganar a Sudáfrica e ir poco a poco.
– Como jugadoras profesionales, que se ganan la vida con ello, ¿se sienten valoradas? ¿Notan que el fútbol femenino avanza y que los pasos que da son imparables?
– I. P.: Sí que se están dando pasos, pero más despacio de lo que nos gustaría. Ahora podemos vivir del fútbol. Tampoco ahorramos demasiado. En el deporte femenino se sobrevive más que otra cosa. Ojo, y aquí en la selección estamos las más privilegiadas de la liga. Las condiciones en las que estamos no tienen nada que ver con las de los equipos de la mitad de la tabla para abajo. Nuestra realidad es distorsionada. Hay que conseguir que todo el mundo tenga un mínimo, que es donde estamos ahora. Y de ahí para arriba.
– L. G.: Pienso igual. Yo sé lo que es no cobrar nada. Ahora estoy bien, pero cuando estás en la parte mala valoras lo que tienes en la buena. Valoras más todo. Se están dando pasos y veo un cambio a mejor. No es muy grande, pero lo noto.
– En San Mamés hubo más de 48.000 personas en un partido de la Copa de la Reina y en el Wanda se superaron los 60.000 espectadores en la Liga. ¿Lo ven como algo puntual o confían en que sea una señal de lo que está por llegar?
– I. P.: De momento es algo puntual. Está bien porque hace pocos años no podíamos ni imaginárnoslo. Ahora nos abren los estadios, pero parece que la fiesta es un día al año y luego se acaba. Hablamos de partidos de Liga y hay que tomárselo con seriedad y no como una fiesta. Te estás jugando el título, la Copa, entrar en Europa... Está bien que se abran los campos y se hagan iniciativas más festivas, pero hay que respetar el trabajo de las jugadoras y el club.
– L. G.: Yo jugué aquel partido ante más de 48.000 personas y soy incapaz de describir lo que sentí. Fue una fiesta, pero no es la realidad. Ahora bien, reconozco que se están dando pasos adelante y hay que seguir.
– ¿Se sienten discriminadas respecto a los hombres que se dedican a lo mismo que ustedes?
– I. P.: Han mejorado mucho las condiciones y nosotras (jugadoras de la selección) estamos en una situación privilegiada. Pero esto no tiene nada que ver con lo que está acostumbrado a tener un chico de nuestra edad en Primera. La inmensa mayoría no tiene uno o dos campos, tampoco el staff ni los servicios médicos de los chicos. Ahora estamos en buenas condiciones y entrenamos por la mañana en campos de hierba natural, tanto Lucía como yo. ¿No sé si en el Athletic se hace todos los días?
– L. G.: Sí, pero si jugamos contra el Huelva en hierba artificial también lo hacemos en Lezama.
– I. P.: Ni se juega en los mismos estadios ni salimos tanto en Prensa.
– L. G.: Eso es.
– Cuando las chicas generen lo mismo que los chicos entonces que se les pague igual. ¿Qué les parece este argumento?
– I. P.: Es un argumento visto solo de una manera.
– L. G.: Ellos llevan muchos más años.
irene paredes
– I. P.: Nos llevan muchos años de ventaja y han tenido unas condiciones que nosotras desde pequeñas no hemos tenido. Yo tuve que empezar con 14 años porque no había un equipo de chicas y porque no jugaba con los chicos. Ahora sí es posible jugar con cuatro o cinco años, pero antes si un chico empezaba a jugar con cinco yo lo hacía a los 14. Fíjese qué ventaja me llevan. Yo entrenaba a las ocho de la tarde por ser chica, y ellos entrenaban a la hora buena. Ellos tenían mejores entrenadores... No hablo de este nivel, sino de base. A los chicos les daban botas, medios, y a nosotras no. Entonces te plantas con 25 años y dicen que las chicas no saben jugar bien. Pues no saben jugar tan bien porque no han tenido las mismas oportunidades. Y eso que yo no he tenido problemas en mi casa. A muchas chicas de aquí, de la selección, no las apoyaban para jugar al fútbol.
– ¿Qué dijeron sus padres cuando supieron que querían jugar al fútbol?
– L. G.: Me han apoyado siempre.
– I. P.: Y a mí. Ni siquiera tuve que decirlo porque siempre he tenido un balón en los pies. Me han apoyado y han jugado conmigo.
– L. G.: Tenía dos años y daba pelotazos contra la pared. Soy de un minipueblo de 50 personas y tengo a tres hermanos a los que no les va el fútbol ni el deporte. Desde pequeña estaba pegada a un balón y al igual que Irene empecé a jugar con 14 años. Lo hacía sola, en casa, contra chicos mayores, sin equipo.
– ¿Qué tal lo llevaban en el cole? ¿Los chicos les dejaban jugar?
– I. P.: Sí.
– L. G.: Porque eras buena. Si llegas a ser mala pasan de ti.
– I. P.: Eso es verdad.
– L. G.: O no te pasan el balón. Pero si eres buena o un poco mejor que ellos jugabas.
– Lucía juega en el Athletic e Irene en el PSG. ¿Podrían describir el nivel de sus ligas, los campos, las asistencias y las condiciones...?
– L. G.: La Liga está dando pasos. Yo estaba en el Oviedo hace cinco años y jugué tres en Primera, hasta los 18, cuando me fichó el Athletic. Allí (en Oviedo) era la misma Liga, pero no tenía nada que ver. La preparación, la asistencia... En los últimos dos años se están viendo grandes cambios. Entrenábamos siempre por la tarde y ahora lo hacemos por la mañana. Viene más gente, la Liga es más competitiva y mete más dinero. Se nota.
lucía garcía
– I. P.: En Francia se está mejor, pero la Liga Iberdrola está creciendo mucho. En Francia llevan años de ventaja y se apuesta por la selección. Todos los campos son de hierba natural y los hay mejores y peores. ¿Asistencia? Parecida a la de España.
– L. G.: ¿Sí? No me lo imaginaba.
– I. P.: Quizás algo más, pero depende contra quién juegues y qué partidos. Las condiciones de trabajo en el PSG son buenas, pero no es la realidad de otros equipos franceses. Así estamos dos o tres, con buenas condiciones y fichas profesionales. El Lyon está por encima de nosotras, pero no tengo quejas. Disponemos de nuestro campo, entrenamos a la hora que queremos, contamos con nuestro espacio, servicio médico, desayunamos y comemos allí, cada una tiene su apartamento...
– ¿Es verdad que en Francia se pagan contratos que en la Liga Iberdrola son inimaginables?
– I. P.: Es así. No en todos los sitios, pero los sueldos inimaginables son los del Lyon.
– ¿De qué cifras hablamos?
– I. P.: De mucho dinero. Para ser el fútbol femenino, ojo. Si lo comparamos con el masculino seguro que no llega al mínimo de Primera División.
– Cuando acaben sus carreras, que todavía falta mucho, ¿creen que podrán vivir sin trabajar el resto de sus vidas?
– I. P.: No. Ni lo quiero tampoco.
– L. G.: No.
– I. P.: Es imposible. Es la realidad. Ojalá vaya cambiando.
– L. G.: Es muy difícil.
– I. P.: Para nosotras y nuestra generación es imposible.
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