Un juez federal acaba de echar para atrás la demanda que las jugadoras de la selección de Estados Unidos de fútbol, vigente campeona del mundo, habían realizado contra la federación nacional, denunciando un trato desigual y solicitando recibir las mismas ganancias que sus compañeros del ... equipo masculino. Este fallo supone un severo varapalo para la batalla judicial que sostienen desde hace un año las futbolistas, que han confirmado que rechazan esta decisión y que seguirán apelando por lo que consideran que es una «total injusticia».
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El encargado de fallar a favor de la US Soccer fue el juez Gary Klausner, en una amplia resolución de más de 30 páginas en las que sin embargo sí reflejó algunos aspectos que deberán ser revisados y tratados por el tribunal el próximo 16 de junio en Los Ángeles, como los referidos a los vuelos, los alojamientos en los hoteles y los servicios médicos, que distan mucho en cuanto a calidad y prestaciones unos de otros.
La representante de las jugadoras, Molly Levinson, declaró que esta decisión les deja «muy sorprendidas» y «decepcionadas». «Confiamos en nuestro caso y estamos firmes en nuestro compromiso de asegurar que las niñas y mujeres no serán menos valoradas por su género«, afirmó en un escueto comunicado. »Hemos aprendido que existen tremendos obstáculos para el cambio. Sabemos que se necesita valentía, coraje y perseverancia para hacerles frente. Apelaremos y seguiremos adelante«.
Jugadoras como Christen Press o la MVP del último Mundial y Balón de Oro Megan Rapinoe también quisieron pronunciaron en contra del fallo. «Nunca dejaremos de luchar por la igualdad», subrayó en Twitter esta última, conocida por su activismo a favor de la igualdad de género y los derechos de la comunidad. La selección femenina siguen sosteniendo que pese a que ellas han logrado muchos más títulos que sus compañeros, y que tanto unos como otros realizan las mismas tareas y tienen las mismas responsabilidades defendiendo y representando a la Federación y la nación, siempre han recibido menos dinero. Algo que incluso los propios futbolistas norteamericanos internacionales han reconocido, apoyando la igualdad de salario. «Es una discriminación sistemática de género que nunca debería de haber existido», llegaron a afirmar hace tres meses.
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