Cinco partidos de sanción a la capitana del Rayo por encararse con la árbitra. «Temí por mi integridad física», dice la colegiada

El encuentro de la pasada jornada entre el Dépor y el Rayo, de la Primera Iberdrola, terminó con el conjunto madrileño un tanto desquiciado por la goleada recibida en Abegondo (3-0) ante un rival directo en la zona baja. Las gallegas cogen a su costa aire en su lucha por salir de los puestos de descenso, a los que el conjunto vallecano se ha acercado a tan solo cuatro puntos tras esa derrota y la anteriormente sufrida frente el Athletic.

En ese ambiente de nerviosismo y tensión la capitana del Rayo, Cristina Auñón, se dirigió con el encuentro ya finalizado a la colegiada del mismo, la canaria Xiomara Díaz García, para pedir explicaciones sobre alguna jugada. Un acercamiento que terminó en polémica, con la futbolista apartada del lugar por una compañera, con visibles gestos de cabreo, pero sin que la cosa fuera a mayores. Aunque según recoge la árbitra en el acta, la defensa se mostró ante ella con una actitud violenta. "Se dirigió a mí para hacer observaciones sobre mis decisiones. Cuando le indico que cese en su actitud se me acercó, con sus manos en forma de puño, teniendo que ser sujetada. Hago constar que no mostré la tarjeta roja en el terreno de juego debido a que temí por mi integridad física, comunicándolo posteriormente en los vestuarios a ambos delegados de equipo".

Al encuentro de sanción debido a la expulsión se han unido otros cuatro más, un acuerdo adoptado por la Jueza Única de Competición al entender que se produjo "violencia leve hacia el cuerpo arbitral" por parte de la jugadora del conjunto madrileño. Un hecho que se produce pocos días después de que a la futbolista del Barça Mapi León le cayeran cuatro encuentros de sanción por un comentario en Twitter sobre el arbitraje en el 'clásico' ante el Madrid, en el que fue expulsada por doble amarilla.

En este caso la capitana del Rayo Cristina Auñón se ha defendido en las redes sociales, destacando que "jamás" ha mostrado una actitud violenta. "He vivido partidos tensos en los que ambos equipos se jugaban mucho, he sufrido goleadas y he vivido con la angustia de pelear por evitar el descenso. En ninguno de esos encuentros he sido expulsada o he faltado al respeto a rivales o coleagidos/as, y por supuesto jamás he mostrado una actitud violenta", señala, antes de dar las gracias a todos "los que creen que en mí y en mi honestidad", poniendo en duda las palabras de la árbitra. "En cualquier caso, pido perdón a mis compañeras, a los miembros del cuerpo técnico y a todos los estamentos del club por involucrarlos en unos hechos que les perjudicarán tanto deportiva como institucionalmente".

En 2019, en la pasada temporada, otra jugadora del conjunto madrileño también tuvo sus más y sus menos con una colegiada, siendo sancionada el mismo número de partidos, cinco. Fue Iris Ponciano, en el regreso del equipo femenino al Estadio de Vallecas tras nueve años sin pisarlo, en la visita del Barça. La delantera madrileña vio la primera amarilla en el minuto 77 por formular observaciones de orden técnico a la árbitra vizcaína Beatriz Arregui Gamir. Ya en el descuento se ganó la segunda tarjeta por "aplaudir de manera insistente en señal de disconformidad con la colegiada". Por ello la Jueza Única de Competición de la Federación Española de Fútbol confirmó la sanción de un partido por la expulsión y le sumó otros cuatro en aplicación del artículo 94, por menosprecio, ya que según apareció reflejado en el acta, cuando abandonaba el césped le dijo a una de las asistentes en la banda "sois todas unas sinvergüenzas".