Vanesa Gimbert cuelga las botas

Referente dentro y fuera del campo, la defensa de Bergara cuenta con un currículum difícil de superar. Debutó en 1999 con el Levante, donde estuvo cuatro temporadas, pasando posteriormente por el Estudiantes de Huelva, Sevilla, Rayo Vallecano y Espanyol. Del conjunto catalán, donde estuvo tres campañas y donde coincidió con Erika y con otras jugadoras destacadas como Alexia Putellas, la actual Balón de Oro, hizo las maletas rumbo a Bizkaia en el verano de 2013. Su debut con las rojiblancas se produjo en la primera jornada liguera de ese curso, en el derbi frente a la Real en Lezama que se adjudicaron las dirigidas por Luis de Fuente por la mínima.

Por aquel entonces tenía 33 años, convirtiéndose en la jugadora con mayor edad en estrenarse con las leonas. Curiosamente esa campaña fue la más goleadora de toda su carrera, con 13 dianas. Una experiencia y veteranía que ha puesto al servicio del Athletic, mostrándose como un seguro en el eje de la defensa, siempre correcta y atenta, sacando los balones y manteniendo a raya a las rivales, señas de identidad que ha mostrado en estas nueve campañas como rojiblanca.

Gimbert se despedirá como la décima jugadora con más partidos oficiales disputados con el conjunto vizcaíno. Ahora mismo lleva 248, en los que ha sumado 41 goles. El último, logrado a mediados de enero en casa del Levante, con un testarazo a la salida del córner, al filo del descanso.

En sus más de dos décadas de carrera ha acumulado doce títulos desde que comenzara jugando en el Montilla cordobés con 14 años. Con el Levante sumó dos ligas, tres Copas y dos Supercopas, antes de conquistar otros dos títulos ligueros y una Copa de la Reina con el Rayo. En Barcelona, en el Espanyol, le arrebató la Copa al Athletic en 2012, en una final que se decidió en la prórroga. Un formidable palmarés que amplió ya como rojiblanca, logrando el título de Liga en 2016, el último de su carrera y del club vizcaíno.

En Lezama dejará un enorme legado, como ejemplo de constancia, disciplina y profesionalidad. Su regularidad le llevó a firmar el récord de partidos jugados de forma consecutiva, 86, disputando todos los minutos en dichos encuentros. En una entrevista concedida a este periódico hace dos años, después del confinamiento, Gimbert aseguraba que en la parte más dura de la pandemia, recluida en casa, se llegó a plantear la retirada, al haber perdido protagonismo en el equipo y sobre todo debido a que, cada vez más, le costaba recuperarse de los partidos. «Pero lo puse todo en la balanza y decidí que quería seguir». Ahora, dos años más tarde, y después de sopesarlo en varias ocasiones durante las últimas temporadas, ha decidido que ha llegado el momento. La eterna futbolista, que ya estaba en Primera cuando desembarcó el Athletic, dice adiós. Otra leyenda viva rojiblanca que se echa a un lado.