El último rugido de Vanesa y Erika

«Árbitra, no pites el final, que Vanesa Gimbert se nos va». Esta frase, que rezaba en una de las pancartas que colgaban este domingo del graderío de Lezama, pasó por la mente del algo más de medio millar de aficionados allí presentes. No para alargar el espectáculo, ni por el resultado, obviamente, ya que el duelo frente al Sevilla, el último del curso, se saldó con una goleada visitante (1-4), sino por el gran vacío que ya dejan tanto la de Bergara, la más veterana de la Liga, como la goleadora histórica del Athletic, Erika Vázquez. Dos mitos rojiblancos que acaban de colgar las botas, rugiendo por última vez, antes de recibir el cálido y sentido abrazo de los suyos.

Al lado de esa tela había otra, que resumía también el sentir de todos los aficionados del conjunto vizcaíno y del balompié femenino, y que daba muestra de la grandeza de estas jugadoras. «El fútbol os echará de menos. Gracias por todo leyendas». Una jornada especial, de agradecimientos mutuos, en la que tanto Gimbert como Erika quisieron poner su granito de arena.

Ambas salieron de inicio, con la primera luciendo el brazalete de capitana, muy atenta al corte. La segunda mostró una vez más su fiereza en el verde, anotando el 1-1 al borde del descanso. Besó emocionada el escudo. Esta diana, la 264 de toda su carrera, en su partido 423 con el Athletic –ninguna futbolista ha jugado ni marcado más en la historia del club–, enloqueció a la grada y a todo el bloque, además de al cuerpo técnico, que saltó como un resorte en el banquillo. Parecía el guion soñado, la despedida perfecta, pero el Sevilla demostró poco después no haber viajado para asistir como mero espectador a la fiesta rojiblanca.

Las dos jugadoras disputaron poco más de una hora. La primera en irse fue Erika, en el minuto 68. Recibió una atronadora ovación de toda la grada, y también de ambos conjuntos, con abrazos de sus compañeras. Lo mismo ocurrió en el 74, cuando apareció en el cartelón el dorsal número 21, el de Gimbert.

Con el regusto amargo de la derrota arrancó el homenaje del club, el que no se quisieron perder ni el cuerpo arbitral ni el Sevilla, que junto a las jugadoras de las categorías inferiores del Athletic formaron un pasillo por el que fueron desfilando las dos futbolistas. También pasó Sophie Istillart, la tercera de las leonas que este curso cuelga las botas; la primera vascofrancesa en las filas de la entidad vizcaína.

Las tres fueron agasajadas con un aurresku de honor y también con una camiseta rojiblanca enmarcada, con el número de encuentros disputados, de la mano de los directivos Mikel Martínez y Óscar Beristain, y del presidente Aitor Elizegi, quien se mostró muy cariñoso con ellas. Gimbert recibió además otra zamarra, en este caso del Sevilla, con su nombre, como exjugadora del cuadro hispalense entre 2004 y 2007.

Después de los manteos tan habituales en este tipo de celebraciones, parte de los aficionados, entre los que se encontraban integrantes de la Peña Athletic Bergara, y algunos seguidores rojiblancos llegados para la ocasión desde distintos puntos del país, bajaron al césped para hacerse una última foto con sus ídolos. Jugadoras que han marcado una época y que forman ya parte de la historia del Athletic.

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