El Athletic vuelve a la selección femenina: Quiñones, Azkona y Oihane Hernández

Esta convocatoria de circunstancias se produce después de la 'rebelión' de quince jugadoras contra Jorge Vilda. Esas futbolistas, entre las que se encuentran las exrojiblancas Lucía García y Ainhoa Moraza, solicitaron a la Federación Española de Fútbol a través de un correo electrónico enviado el pasado jueves que no fueran citadas mientras el actual técnico siguiera en el cargo. La relación entre ambas partes se ha roto. Poco después, estas deportistas publicaron una carta en sus perfiles de las redes sociales en las que hablaban de que no regresarán al equipo nacional mientras no se «reviertan situaciones que afectan al estado emocional, personal, al rendimiento, y en consecuencia, a los resultados de la selección y que podrían derivar en indeseables lesiones».

Las quince futbolistas son Ainhoa Moraza, Lola Gallardo (Atlético), Mapi Leon, Patri Guijarro, Claudia Pina, Aitana Bonmatí, Mariona Caldentey, Sandra Paños (Barça), Laia Aleixandri, Leila Ouahabi (Manchester City), Ona Batlle, Lucía García (Manchester United), Andrea Pereira (América de México), Nerea Eizaguirre y Amaiur Sarriegi (Real). Ninguna aparece en la citación. Tampoco, lesionada, Alexia Putellas, ya que publicó ese comunicado en el que las futbolistas también lamentan que la Federación Española de Luis Rubiales hiciera público un documento privado. Jenni Hermoso, ahora en el Pachuca mexicano, les apoya, como demostró en una carta colgada en sus redes sociales. E Irene Paredes, otra de las capitanas, tampoco ha entrado en la convocatoria.

Un mes después de que se filtrara que las internacionales habían pedido la cabeza de Vilda, una 'revuelta' que se cerró en falso, la selección española se encuentra con otro conflicto. Las jugadores estiman, por ejemplo, que las sesiones organizadas por el entrenadores son monótonas y repetitivas, que había un excesivo control. Así lo relató, por ejemplo, Natalia Pablos, ahora retirada, en la Cope. «Yo no podía salir del hotel sin el resto de mis compañeras. No podía salir a comprar una postal, por poner un ejemplo, si no íbamos todas en un grupo bastante grande. No sé cuál era el temor», contó. Asimismo, 'Mundo Deportivo' desveló que Vilda obligaba a las jugadores a tener la puerta abierta de las habitaciones durante las concentraciones, y a las doce de la noche, él pasaba a comprobar que estaban allí.