El Athletic sigue sin encontrar la salida

Para este partido Villacampa dio salida a toda su artillería disponible, con Lucía y Yulema como pareja en el ataque, y con Nekane cubriendo el hueco de Erika, que permanecerá al menos un mes en el dique seco. Atrás, retoques en la defensa, con Valdezate actuando nuevamente como central junto a Gimbert, y con Naroa en banda y Oihane arriba. Por momentos Villacampa optó por cambiar el dibujo en la zaga, metiendo defensa de tres y dos carrileras, para tratar de hacer más daño al Rayo.

Lo cierto es que las leonas jugaron toda la primera parte metidas en campo visitante, pero apenas dispusieron de ocasiones de gol. El partido empezó sin un claro dominador, con las locales tratando de abrir espacios y encontrar vías de penetración, pero las de Carlos Santiso, que llegaban reforzadas tras lograr su tercera victoria del curso, que les ha permitido salir de puestos de descenso, se agazaparon atrás. Moraza pedía tranquilidad desde la banda, paciencia para esperar el momento preciso, tratando de tocar y desajustar a las vallecanas, buscando arriba a Lucía y Yulema.

Hasta el minuto 21 el Athletic no puso a prueba a la cancerbera visitante. Fue Jone Ibáñez, de cabeza, tras una falta botada por Nekane, la que obligó a Larqué a estirarse bajo palos, mandando el balón a córner. Más tarde, ya en los últimos diez minutos de la primera parte, el Rayo parecía empezar a desquitarse y a tratar de ir hacia arriba, pero tras rondar momentáneamente la parcela vizcaína, el Athletic volvió a imprimirle más ritmo al partido. Istillart pudo desequilibrar la balanza en el 37 cuando tras el saque de un córner y posteriores rechaces, se encontró el balón casi en el punto de penalti, por el aire, no pudieron conectar bien el esférico enviándolo a las nubes.

El choque llegó enturbiado al descanso, por un rifirrafe anterior entre Nekane y Bravo. Antes de pasar por vestuarios Yulema se sacó un potente chut, desde fuera del área, que logró atajar la cancerbera del cuadro madrileño. Las de Villacampa seguían insistiendo, sin descanso, pero faltaba mordiente, el pase decisivo y el chut preciso.

En la segunda mitad el Rayo arrancó momentáneamente con una marcha más, pero tampoco logró poner en aprietos a De la Nava bajo palos. El empate no favorecía a ninguna, aunque las visitantes parecían querer conformarse con ello. Por delante se antojaban 45 minutos intensos, con las leonas exprimiéndose al máximo para tratar de poner fin a su calvario. Pero hacía falta más cabeza que corazón, para no malgastar las oportunidades y correr el riesgo de luego pagarlo caro, como ya ha sucedido en más de una ocasión en el último fatídico mes y medio.

Yulema, de nuevo con otro potente chut, en el 69, hizo que Larqué tuviera que meter la mano para mandar el balón por encima del larguero. Pese a esa intentona, el Athletic necesitaba un revulsivo. Villacampa trató de buscarlo dando entrada a Cirauqui y a Eunate en el 73, por Moraza y Gimbert, cambiando los carriles, tratando de hacer daño por las bandas. Todo el esfuerzo terminó siendo en vano nuevamente. Las rojiblancas agotaron los minutos y segundos apretando sin parar, ahogando al Rayo en su propia portería, pero sin lograr nada más que eso. Un agónico final con el que despidieron el año en Lezama. En cuatro días, este martes, tocará volver a dejarse la vida en Logroño para cerrar el 2020 con esa ansiada victoria.