El Athletic pasa a semifinales en un partido épico

Se intuía un encuentro muy parejo entre el octavo y el noveno clasificado de La Liga F, dónde están empatados a puntos. Cierto es que la localía podía convertir a las rojiblancas en favoritas, pero eran conscientes de que enfrente tenían un hueso duro de roer. La prueba la tenían en el envite que les enfrentó hace tres semanas en tierras canarias, en el que empataron a uno. Estas expectativas se cumplieron a rajatabla después en el verde, sin ninguna de las dos escuadras capaz de llevar el control de manera clarividente, ni someter a su rival. Todo estuvo muy igualado.

Ambos conjuntos funcionaban a arreones, con algún destello de calidad que rompía los planes del contrario. En el Athletic hicieron mucho daño la altura y las internada de sus laterales. De hecho, así llegó el primer tanto del partido a los diez minutos de juego. Ane Azkona buscó en profundidad a Elexpuru y la bilbaína hizo una soberbia demostración de su vertiginosa velocidad sin que nadie le pudiera seguir el ritmo, hasta plantarse frente a Reis y batirle con una buena definición.

Todo parecía ir sobre ruedas en ese primer tramo de encuentro para el conjunto dirigido por David Aznar, hasta que en el minuto 23, un córner botado por Ramos lo remató de cabeza Patri Gavira desde el primer palo, sorprendiendo a Nanclares, a quién se le coló el balón entre las piernas. Las tinerfeñas se crecieron tras conseguir el empate y, justo en la siguiente jugada, estuvieron a punto de darle la vuelta al marcador con un centro de Babajide que cabeceó Blom contra el travesaño y botando en línea de gol, sin entrar por centímetros.

En los últimos compases de la primera parte, el Athletic pareció recuperar el mando, protagonizando varias acciones en ataque que no supieron concretar. Sin embargo, el Tenerife estuvo de cerca de firmar un gol psicológico justo antes del descanso, de no ser por una buena intervención de Nanclares. En la segunda mitad, el respeto por caer eliminadas hizo que el encuentro fuera mucho más tibio. Todo el ritmo, cambio de dominador y aproximaciones al área que hubieron en la primera se transformaron en duelo muy plano en la segunda.

A partir de la hora de partido fue cuando el Costa Adeje Tenerife se creció y gozó de una oportunidad clarísima en botas de Gaviria, que volvió a salvar Nanclares con grandes reflejos. El Athletic estaba entonces contra las cuerdas, sin salir de su campo, pero David Aznar no se decidía por realizar sustituciones. Tampoco las hizo hasta tarde José Herrera, por lo que parecía que ambos equipos asumían que la eliminatoria se decidiría en la prórroga. En el tiempo extra no ocurrió absolutamente nada reseñable más allá de la expulsión de Itxaso, por lo que todo se decidiría en los penaltis.

Unos penaltis en los que fueron siempre a contracorriente, por detrás de las tinerfeñas que lanzaban primero, pero dónde supieron mantener la cabeza fría hasta lograr el 6-7 final, con tres paradones de Nanclares impresionantes, que les permitieron pasar a semifinales in extremis y de forma épica.