Ada Hegerberg y su año maldito

Hegerberg, de 25 años, sufría molestias y un dolor persistente desde abril de 2019 en su pierna izquierda. El cuerpo médico del Lyon le diagnosticó una fractura de fatiga e inició un protocolo de cuidados médicos, y ahora la campeona espera recuperarse del todo. Ha restado importancia a este procedimiento en sus redes sociales y lo ha calificado como «sólo un pequeño retraso». «Cada vez que entro en la cancha doy el 100% y a veces el cuerpo me pide que pare. Aunque mi rodilla se ha recuperado del todo y está lista para funcionar, he aprovechado este periodo para atender una lesión de más de un año. Esto es sólo un pequeño retraso. ¡Nos volveremos a ver muy pronto!», ha prometido a sus seguidores.

La futbolista llegó al Lyon en 2014 procedente del Turbine Potsdam. Ha ganado seis veces el campeonato francés, cinco la Copa y cinco la liga de Campeones, aunque no participó en la final que su equipo ganó el pasado domingo al Wolfsburgo (3-1) en Anoeta. A principios de año pasó un tiempo en Polonia, país donde su marido juega al fútbol, donde se recuperó de la operación de la rodilla derecha.

Hija de futbolistas, la vida de Hegerberg siempre ha estado marcada por este deporte. Sus hermanos mayores también son jugadores, y su hermana es profesional en Roma. La noruega sostiene que se sigue emocionando con cada gol como «cuando era una niña de 9 años». «Cada gol tiene importancia», ha afirmado recientemente en una entrevista sin dejar de hacer referencia al «subidón de adrenalina» que viene con cada gol. «Todos los goles son importantes porque cada gol tiene su historia, su preparación y su trabajo. Los aprecio todos», afirma Hegerberg, quien espera volver a marcarlos pronto.