laura gonzález
Viernes, 22 de mayo 2020, 22:04
Hace dos meses el Bilbo debía de haber disputado la vigesimocuarta jornada de la máxima competición de fútbol sala femenino en Majadahonda, a puerta cerrada, como medida preventiva por el crecimiento de los casos de coronavirus en España, pero ese partido nunca llegó a celebrarse. ... Ni el resto de los otros seis que figuraban en el calendario. La Federación semanas después optó, como el resto del deporte no profesional, por dar por finalizado el curso, sin descensos. Esto fue ratificado hace unos días y se traduce para el conjunto de la villa en una segunda oportunidad.
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Lo es así porque su regreso a Segunda, categoría que abandonaron en junio, parecía cuestión de tiempo. Desde el inicio de la campaña acumularon derrotas y problemas, lo que les hizo estancarse en los últimos puestos de la tabla. Las de José Andrés Muñoz, penúltimas, estaban apurando sus escasas posibilidades de obtener la salvación, sumidas en una crisis de la que han salido curiosamente gracias a otra, en este caso sanitaria, que les permitirá sumar su segunda temporada consecutiva en la élite, después de haber ascendido hace cinco años, perdiendo la categoría pocos meses después.
Con tan solo seis puntos, a doce de la salvación, después de diecinueve derrotas, tres empates y solo una victoria, el guión parecía que se iba a repetir, pero todo dio un giro inesperado. Lejos de cualquier celebración, aunque sea telemática, y pese a la confirmación federativa, su técnico José Andrés Muñoz prefiere ser cauto, consciente de que salvo la certeza de que volverán a estar en Primera, «el resto son dudas, y potentes». «Estamos pendientes de cómo resolverán los ascensos. Se supone que habrá un play-off express, pero al no ser un deporte indoor está todo más complicado. Si suben cuatro seremos veinte equipos el próximo curso, y eso supone muchas jornadas y mucho gasto. El club está a la espera para ver cuál es la fórmula que eligen para la próxima temporada (lo más factible son dos grupos) para ir tomando decisiones, pero lo principal es que se necesitan garantías y apoyos, no solo en lo económico, sino estructurales, porque como dicen no somos profesionales, y eso de tirarte a la piscina sin agua no es tan sencillo».
Y es que el técnico del conjunto vizcaíno recuerda que la temporada pasada, pese al boom que supuso el regreso a la máxima categoría, siendo el único representante de Euskadi en la misma, «no encontramos apoyos suficientes como para reforzar al equipo y afrontar con garantías la competición», por lo que entiende que para el próximo curso «será más difícil todavía». En la parcela deportiva reforzar la plantilla considera que es complicado. «En Bizkaia cuesta mucho sacar materia prima. Tenemos claro que queremos mantener el bloque pero sabemos que por edad alguna jugadora puede que lo deje. Intentaremos suplir su ausencia pero tenemos muchas dificultades para ello. Llevo muchos años intentando rejuvenecer al grupo y he podido hacer algo, pero no todo lo que me hubiera gustado». Por todo ello José Andrés Muñoz resalta que lo que ha conseguido el Bilbo en los últimos años, los dos ascensos a la máxima categoría, «no es nada sencillo».
Para intentar cambiar la dinámica negativa en la que se habían sumido este curso, una campaña «muy irregular» debido a las lesiones y a los motivos laborales que les obligaron a presentarse casi en cuadro en algunos encuentros, «y a que cada vez el nivel físico sube más», decidieron lanzarse al mercado, sabiendo de sus grandes limitaciones. Lograron sumar al equipo a una jugadora finlandesa, que estaba estudiando en Bilbao, y a tres brasileñas. «Estas incorporaciones, para tratar de cambiar la imagen y de impulsar al equipo, al que ya tantas derrotas le estaban pasando factura, tuvieron detrás un gran trabajo y prácticamente solo pudimos contar con ellas en tres partidos. Una inversión que no se tradujo deportivamente en nada, y que nos ha producido por esa parte bastante desazón», desvela José Andrés Muñoz.
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El técnico, curtido en mil batallas, prefiere ser realista al pensar en el próximo curso y no cree que la experiencia de lo vivido en estos últimos meses les sirva para firmar mejores actuaciones cuando el balón vuelva a rodar. Al final, la realidad sigue siendo la misma. «Si queremos que la plantilla demuestre un nivel superior necesitamos incorporaciones sí o sí, y aquí nadie puede sacar jugadoras de la manga. No siendo profesionales su nivel de mejora no es tan rápido como nos gustaría. Para que este proyecto pueda seguir ahí necesitamos más apoyos, a todos los niveles».
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