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La lucha por la supervivencia desde la época de las cavernas hizo que la estructura cerebral de los humanos se desarrollara en el modo 'actuar antes que pensar'. Esa respuesta automática les resultó eficaz para sobrevivir ante los diferentes peligros que amenazaban su ... vida. Ante una situación de peligro se activaba el centro del miedo y les hacía atacar o huir. Y así logramos sobrevivir a otras especies desarrollando esta manera de responder al entorno.
Sin embargo, ya no vivimos en cavernas, no corremos durante un día entero para cazar y poder alimentarnos pero, en ocasiones, respondemos con esa misma estructura cerebral. Cuando nos encontramos en situaciones que interpretamos estresantes o en las que vemos amenazada nuestra integridad, generamos emociones muy intensas como la ira, el enfado y sufrimos el llamado 'secuestro emocional'. ¿En qué consiste? El cerebro emocional se desconecta del racional y toma el control de la situación. Activa la respuesta del miedo, la de la supervivencia, gritando, insultando y otras reacciones desmedidas.
A todos nos ha pasado en alguna ocasión, y es que somos seres emocionales. Recuerda si lo has sufrido cuando no has logrado tu objetivo, cuando el arbitraje te ha parecido injusto, cuando alguien ha puesto a prueba tu capacidad, cuando un atasco ha impedido que pudieras llegar a tiempo a tu entreno... ¿Te ha pasado?
Recordemos que no podemos controlar las emociones que sentimos pero sí podemos aprender a gestionar cómo quiero expresarlas, como quiero responder. De ahí la importancia de pensar antes de actuar, es decir, de poner inteligencia a nuestras emociones. El éxito de responder desde mis elecciones no desde mis reacciones no solo depende de mi coeficiente intelectual sino también de mi inteligencia emocional.
Algo tan sencillo como contar del uno al 10 mientras respiras lentamente le da tiempo a la mente racional a que tome el control y puedas elegir con más claridad cómo quieres responder, qué tipo de deportista quieres ser en ese momento. Entrénalo, comprobarás su efectividad y lo convertirás en hábito. Ya me contarás.
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