Estela, la joven promesa que lo corría todo

Pues bien, Estela, Estela Domínguez, hija de Juan Carlos Domínguez, el iscariense que rompió todos los registros para hacerse un hueco entre los mejores del pelotón internacional, era una de esas jóvenes promesas. Lo tenía todo para triunfar en la élite. De hecho, acumuló méritos y amasó triunfos desde bien pequeña, cuando solo daba pedaladas por 'hobby' a la sombra de su padre.

A su espalda se la podía ver cuando Juan Carlos, el único vallisoletano que ha vestido la 'maglia' rosa en el Giro de Italia y ha competido en unos Juegos Olímpicos, los de Sidney en el año 2000, decidió fundar una escuela para formar y transmitir los valores que desprende el ciclismo entre los más pequeños. Lo hizo en Arroyo de La Encomienda donde vive, y allí, en sus calles, dio las primeras pedaladas Estela. Allí se fue apasionando con un deporte, el de la bicicleta, que poco a poco empezó a darle alegrías.

Muy pronto empezó a despuntar, primero en carreras de categorías inferiores y con el paso de los años en carreras de ámbito nacional. De hecho, en 2021 la ciclista vallisoletana se hizo con el título de campeona de Castilla y León en ruta en la categoría junior. Fue su padre quien la metió el gusanillo y la contagió su pasión por la bicicleta. «Cuando empecé con la escuela me veía y venía a veces. La llevaba para que jugara y se decidió a correr, como 'hobby'. Poco a poco se fue aficionando», aseguraba a este diario el propio Juan Carlos cuando Estela tenía 15 años.

A esa edad, en su currículum ya lucían una prueba de la Copa de España de carretera, otra de velocidad en pista o un subcampenato nacional de contrarreloj, confirmando una progresión que no tardó en explotar en pruebas nacionales.

Hace un año, en junio de 2022, a Estela Domínguez se le escapó la victoria final en la Copa de España Féminas en categoría junior tras la disputa de la última prueba de la competición. Un desafortunado pinchazo a 13 kilómetros de meta hizo que la vallisoletana se descolgara del grupo perseguidor de la cabeza de carrera donde iba la vencedora.

Por su condición de sub-23 desde el año pasado formaba parte del equipo vizcaíno Sopela Team de categoría UCI World Tour, con el que ya tenía asignado un calendario de carreras para esta temporada. Debido a su trayectoria y progresión, fue convocada por la Federación Española de Ciclismo (RFEC) para participar en la Copa del Mundo de Ciclocross que se celebró el pasado 22 de enero en Benidorm. Fue esta la prueba con la que cerró la temporada de ciclo cross después de acabar entre las diez primeras de la clasificación del último Campeonato de España celebrado en Vic.

Esta temporada había iniciado un calendario más exigente en categoría sub-23, y se preparaba para la temporada de ruta tras culminar la de ciclo-cross. Lo hacía en Salamanca, donde cursaba estudios universitarios. Donde el destino le deparó este jueves la peor de las suertes. Una tragedia difícil de digerir para su familia, sus compañeras, amistades y también para el mundo del ciclismo, que hoy guarda luto y llora la pérdida de una todoterreno en la carretera. Una eterna sonrisa sobre el podio.