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A sus 44 y 45 años, la triatleta Ruth Gómez y la ciclista Ruth Moll han experimentado casi todo en su vida profesional como deportistas. Han ganado campeonatos de España, conquistado todo tipo de pruebas, organizan salidas en bicicleta y entrenan a otros triatletas para ... que ellos también cumplan sus sueños. Ahora 'las Ruthis' han entrado en una fase más aventurera de sus vidas y, tras ascender al Kilimanjaro el pasado verano sin experiencia, se han propuesto en septiembre atravesar Irán en bicicleta para reivindicar la igualdad y conocer en primera persona a las mujeres del territorio. Todo ello en un país en el que está prohibido que las mujeres monten en bicicleta y se considera 'haram' o pecado.
«Las mujeres iraníes están oprimidas y no pueden practicar deporte en el exterior, así que se nos ocurrió hacer este recorrido en bicicleta y ascender al Damavand, con 5.610 metros de altura», explica la madrileña Ruth Gómez. Estas dos amigas afirman que, aunque la policía iraní esté identificando a las mujeres que montan en bici, confían en «no tener problemas». «Llevaremos hiyab, pantalones y camisetas de manga larga en todo momento para no incumplir las normas de vestimenta», plantean. Eso sí, las complicaciones comienzan desde el propio momento de hacer las maletas. «Al parecer en el aeropuerto no puedes declarar que llevas una bici contigo, aunque lo haremos igualmente», apunta Gómez.
Moll y Gómez cuentan con los consejos de la alpinista iraní Parvaneh Kazemih para desenvolverse en el país. Cuando no está en la montaña, Kazemih se ve obligada a entrenar en una cinta de correr en el interior de su casa. «Aunque atravesaremos 700 km de Irán solas subiremos al Damavand con ella y Parvaneh cree que, más allá de las grandes ciudades, seremos bien recibidas en los pueblos. La gente es muy hospitalaria», asegura Gómez. La madrileña y la menorquina arrancarán su recorrido en Teherán, se dirigirán hacia el Mar Caspio, descenderán hasta Alam Kuh y terminarán su periplo en la capital iraní. Un total de 700 km antes de ascender su segundo «casi 6.000». «Esquivaremos las grandes ciudades en la medida de lo posible para evitar que nos detengan», subrayan.
«Queremos hacer 100 km diarios en autosuficiencia, buscando hostales donde dormir o quedándonos en casa de los locales. No es un esfuerzo físico importante para nosotras, pero queremos vivir la experiencia sociocultural y ver qué opinan de nuestras bicis», sostiene Gómez. Estas dos aventureras ya tienen otros planes en mente para su vuelta y han marcado destinos como Madagascar, Groenlandia, Alaska o Laponia en su mapa de deseos, pero aún buscan financiación para visitar Irán. «Esperamos no encontrarnos a ningún radical y poder documentar y disfrutar el viaje como es debido», desea Gómez.
La embajada española tendrá constancia de su presencia en territorio iraní desde el primer momento. «A las autoridades iraníes no les gusta que las mujeres adquieran notoriedad haciendo deporte. Si la boxeadora Sadaf Khadem no puede volver a su país, Parvaneh también encuentra problemas cada vez que regresa de una competición ya que lidera excursiones en las que participan hombres», valoran las 'Ruthis', quienes esperan que su viaje sirva para evidenciar la desigualdad que se vive en este país. «No sé si tendremos algún efecto positivo o llamaremos la atención de la prensa local, nosotras no vamos a comunicar nada de antemano», aseguran estas dos amigas imparables.
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