El mundo del deporte ya tiene a su nueva heroína. Se llama Fiona Kolbinger y este martes firmó toda una hazaña convirtiéndose en la primera mujer en ganar la Transcontinental Race, una de las pruebas de resistencia más duras del mundo. La ... alemana, natural de Dresde, completó a sus 24 años los 4.000 kilómetros que separan Burgas en Bulgaria, de Brest, en la bretaña francesa, empleando para ello 10 días, 2 horas y 48 minutos.
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Llegó la primera a la línea de meta, por delante del resto de los 265 corredores que participaron en esta séptima edición, en la que junto a ella tomaron la salida otras 40 mujeres. «Estoy muy sorprendida. Pensaba que tal vez podría subir al podio en la categoría femenina pero nunca imaginé que podría ganar toda la carrera. Creo que podría haber ido más duro, haber dormido menos«, aseguró nada más terminar, sin perder la sonrisa.
Una buena estrategia -estar 19 horas montada en bicicleta y emplear tan solo 5 para descansar- que le funcionó a la perfección en la primera prueba de resistencia a la que se enfrentaba, lo que engrandece aún más si cabe la victoria de esta estudiante de medicina, que actualmente ejerce labores de investigación contra el cáncer en Heidelberg.
Su empeño y su arrojo la han llevado a cruzar de lado a lado el continente europeo sin ningún tipo de ayuda externa, buscándose su propia comida y alojamiento, como indican las normas. Tampoco existe ninguna ruta definida previamente por la organización, por lo que pueden pasar por distintos países como Austria, Bulgaria, Croacia, Serbia, Eslovenia, Suiza o Italia, pero lo que sí deben incluir en su particular viaje son los cuatro puntos de control obligatorios para todos los corredores.
Cada uno de estos va acompañado por un desafío que tienen que superar. En este caso uno de ellos fue el exigente ascenso al Timmelsjochpass, de más de 2.400 metros de altitud, un monte que separa Austria de Italia. También debieron de hacer frente al Col du Galibier, uno de los pasos pavimentados más alto de los Alpes franceses, a 2.645 metros de altitud.
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La salida se produjo el pasado sábado 27 de julio, y en su periplo Fiona Kolbinger tuvo que lidiar también con el tiempo que fue «extremadamente variable», como explicaron luego los organizadores. «Han pasado de temperaturas que rondaban los 40 grados a estar tan solo a 4 por encima del punto de congelación. Han sufrido bajo el sol abrasador, la lluvia helada y han atravesado truenos y relámpagos«.
Todo eso no impidió que la joven alemana terminara con bastante comodidad, siete horas antes de que el segundo clasificado, Ben Davies, llegara a la meta, aunque el tiempo conseguido por Kolbinger estuvo lejos de suponer un nuevo récord. Y es que el año pasado el británico James Hayden terminó esta misma carrera en 8 días, 23 horas y 59 minutos, 24 horas por de su más cercano perseguidor, y que no dudó en alabar la actuación de la nueva campeona. Pero lo que sí ha conseguido la joven germana es volver a poner de manifiesto que nunca se puede subestimar el poder de una mujer.
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