La alegría del Zuazo: «El ascenso ha sido una liberación, nos estábamos jugando el futuro del club»

El 27 de mayo de 2023, tras once años en la élite del balonmano femenino, el Zuazo decretó su descenso. El conjunto baracaldés luchó ante sí mismo, no sólo por el hecho de que era el club con menor presupuesto de la categoría, sino por atravesar por una gran deuda que implicó varios meses de impagos a las jugadoras. Pese a nunca tirar la toalla, no pudieron eludir lo inevitable. Abandonaron el peldaño más alto, donde ya se habían convertido en todo un clásico.

Una nueva directiva se hizo entonces con las riendas de la entidad para profesionalizarlo y tratar de paliar un agujero de 168.000 euros. En ese sentido, incidieron en que era «determinante» regresar a División de Honor. Un objetivo complicado, pero por el que todos los implicados se dejarían la piel para lograrlo. Casi un año después de haber perdido la categoría, ya están de vuelta. El combinado rojinegro logró ascender el pasado domingo al vencer el tercero de los tres encuentros que componían el play-off.

La celebración de las zuazotarras ha sido «un poco rara», indica 'Jaito', su entrenador. La fase de ascenso la disputaron los clasificados entre el tercero y el quinto de la División de Honor Oro -segunda división- y el líder de División de Honor Plata -tercera división-. El Zuazo venció el viernes a Zonzamas Lanzarote (31-25) y el sábado a Cicar Lanzarote (31-34), equipos locales y que militan en su misma categoría. Por lo tanto, dieron el ascenso casi por hecho el propio sábado. Sin embargo, Adesal Córdoba venció a Zonzamas ese mismo día, dilatando el ascenso matemático. Aquello fue «un pequeño bajón», reconoce el técnico.

Sin embargo, la fiesta se pudo prolongar el domingo cuando vencieron a Adesal Córdoba (27-23) y obteniendo definitivamente el billete a la élite. La felicidad se volvía a adueñar de las barcaldesas, todavía incrédulas de la gesta que han logrado. «No nos lo acabamos de creer del todo», apunta Jaito. Éste, a su vez, manifiesta que el ascenso «ha sido una liberación muy gorda, ha sido quitarnos una losa muy grande de encima porque sabíamos que era fundamental para el club recuperar la categoría lo antes posible para la supervivencia económica. Entonces saber que nos estábamos jugando el futuro del club era una presión enorme».

Concretamente, Jaito lo ha vivido «de manera muy especial», ya que «tengo una unión muy fuerte con el grupo», explica. «Las he visto sufrir, cómo han peleado durante todo el año y se han repuesto a todas las adversidades que hemos tenido y me daba mucha pena no conseguir el objetivo. Sé que muchas veces el deporte no es justo, pero estas jugadoras se merecían ascender», señala. Y es que esta temporada no ha sido ningún camino de rosas para un Zuazo que ha luchado contra viento y marea para liberarse de todos sus fantasmas y conseguir el ansiado ascenso.

Una de las principales adversidades han sido las lesiones. Éstas les han provocado en un tramo de la temporada se quedaran sin pivotes y recurrieran a la juvenil Ixone García para ocupar dicha posición. En el periodo final también se quedaron sin extremos izquierdos, por lo que se reinventaron jugando con dos pivotes o reconvirtiendo a Laida Zaballa para que jugara en ese puesto. «Las jugadoras han mostrado una capacidad de resiliencia absoluta, de no complacerse, no lamentarse, reponerse y de tirar para adelante con lo que había», destaca el entrenador. Además, han tenido que sobreponerse de las huelgas en los polideportivos, que les han impedido entrenar varias veces en Lasesarre, teniendo que jugar incluso una jornada en Gorostiza y otra en Galdakao.

A pesar de todo ello, el Zuazo se ha convertido de nuevo en equipo de División de Honor. Ahora todo es ilusión y el futuro se vislumbra con optimismo. «No sé cómo está el club a nivel de números, pero es cierto que la profesionalización que ha habido dentro de la entidad hace que lo afrontemos con más garantías que en años anteriores, por mucho que vayamos a ser el equipo que esté en la cola de la categoría económicamente», comenta Jaito. «Nos tocará volver a hacer magia», desliza en referencia a componer una plantilla competitiva con pocos recursos.