Ainhoa Hernández: «En Rumanía te pagan todo y te dan un buen sueldo, es muy profesional»

– Después de 14 años en el Zuazo, ¿cómo vivió su último partido el pasado sábado?

– Pensaba que no iba a llorar y al final me salieron lágrimas por todos los lados. Iba tranquila pero nada más empezar a oír las canciones del calentamiento ya sentí que iba a ser el último. Nunca pensaba que iba a llegar ese momento. Me dio mucha pena y me hubiera gustado poder despedirme con la afición.

– ¿Se va con alguna otra espinita clavada?

– Igual no haber acabado en este año tan difícil, a nivel económico y sin la gente, pero a pesar de todo me voy a llevar buenos recuerdos de esta temporada.

– ¿Es consciente de que con su marcha deja al club muy tocado, en plena crisis económica?

–Siempre me estaban diciendo que podía ser mi último año, y esta vez sí lo ha sido. Me gustaría seguir aquí toda la vida pero al final hay otros objetivos, quiero seguir mejorando y he visto que aquí me estaba quedando un poco estancada a nivel de juego. Voy en busca de retos nuevos y ver hasta dónde puedo llegar.

– ¿El Zuazo se le ha quedado pequeño?

– Sí, pero al final con lo poco que se tiene aquí bastante se hace. Es verdad que podemos competir contra cualquiera pero la plantilla es muy joven y eso se nota. Creo que en unos años, si logra tener más recursos, estará más arriba.

– ¿Cuál es el mayor recuerdo que se lleva de esta etapa?

– Jugar Europa, sin duda. Fue increíble ir a Suecia y venir aquí y tener el pabellón lleno.

– Aún no ha emprendido su aventura pero, ¿le gustaría volver algún día?

– Claro que sí. Me encantaría pasar aquí los últimos años de mi carrera.

– ¿En España sigue siendo necesario salir fuera para crecer a nivel deportivo en el balonmano?

– Sí. Este año nos vamos muchas. La liga aquí va mejorando pero muy poco a poco. Las que queremos dar ese salto y ponernos a prueba tenemos que irnos a otras ligas más potentes y profesionales.

– Ofertas para ello no le han faltado en los últimos años.

– He dicho muchas veces que no, y no me arrepiento. 'Jaíto' ha estado siempre conmigo y es el que me ha ayudado a volver a la selección y siempre he pensado que donde estás feliz es donde mejor juegas, pero necesitaba afrontar una nueva etapa.

– ¿Y por qué Rumanía?

–Me llegó alguna oferta interesante de Francia pero me tiró más el Rapid. Me llama mucho la atención su liga, es muy física, y en ese aspecto voy a mejorar mucho y me va a ayudar en mi juego.

– Que el técnico sea el seleccionador nacional, que lleva confiando en usted los últimos años, le hará ir con mucha seguridad.

– Sí pero al final me tendré que ganar el puesto, aunque saber ya como es su juego es importante.

– La gente se extraña por su nuevo destino.

– Mucho, no saben que allí hay un campeonato muy profesional y que se vive mucho este deporte. Hay hasta ultras y los pabellones se llenan y van con bengalas. Será muy chulo.

– Va a ser su primera experiencia fuera de casa, lejos de Barakaldo. ¿Le da algo de vértigo?

– Tengo algo de miedo pero voy a estar con varias compañeras de la selección que llevan ya unos años y me ayudarán a integrarme. Pero sí que me intriga bastante cómo será allí el día a día.

– A nivel de condiciones, ¿qué le espera?

– Voy a vivir sola y te pagan el piso, la Seguridad Social, todo... Y te dan un buen sueldo, además de primas por objetivos. Es todo muy profesional.

– Antes de hacer las maletas vienen los Juegos.

– Tengo muchas ganas. Me hubiera gustado tener algo de descanso pero ojalá podamos venir con alguna medalla, como pasó en el Mundial, en el que no nos esperábamos llegar tan lejos.

– En Río también estuvo, con Jorge Dueñas, pero no llegó a jugar.

– Fue de otra manera. Ya solo ir allí y vivirlo desde dentro me hizo mucha ilusión, porque era muy joven. Pero esta vez espero intentar ayudar. Soy consciente de que un día estás arriba y al otro abajo, no hay que creérselo.