D. M.
Viernes, 11 de diciembre 2020, 01:44
La selección española femenina de balonmano se despidió anoche de cualquier posibilidad matemática de pelear por las medallas en el Europeo de Dinamarca, tras caer (26-25) ante Francia en un choque en el que las 'Guerreras' no pudieron culminar la remontada que protagonizaron ... en la segunda parte.
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Una reacción que vino en gran parte propiciada por el exceso de relajación en el que cayó en los segundos treinta minutos el conjunto francés, que, pensando en el trascendental choque que disputará hoy ante Rusia, dio por concluido el choque antes de tiempo. Circunstancia que no desaprovecharon las 'Guerreras', que llegaron a perder hasta por siete goles para situarse a tan sólo un tanto a diez minutos para la conclusión.
Pero si la gran mayoría de las jugadoras galas parecieron desconectarse del encuentro prematuramente, quien nunca lo hizo fue la guardameta Amandine Leynaud, que con sus paradas impidió finalmente el milagro español.
Consciente de la superioridad física del rival, el preparador español Carlos Viver no dudó en alinear de inicio a la jovencísima Lysa Tchaptchet en busca de paliar el déficit de kilos y centímetros. Pero el problema de España no era una simple cuestión antropométrica, ya que las 'Guerrreras' se vieron desbordadas en todo momento por la intensidad defensiva de sus contrincantes. Constantemente agarradas, desplazadas cuando no zarandeadas por las francesas, las internacionales españolas sufrieron lo indecible para poder circular el balón.
Francia se marchó al descanso con una renta de seis goles (16-10) que obligaba a España a una auténtica gesta en la segunda mitad si quería seguir viva en la lucha por acceder a las semifinales. El cuadro galo, que llegó a contar con una máxima ventaja de hasta siete tantos (18-11), a punto estuvo de pagar su exceso de confianza.
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Un panorama que no desaprovechó España, liderada por la tripleta formada por la central Silvia Arderuis, la lateral Carmen Campos y la pivote Kaba Gassama, para lograr lo impensable, situarse a un solo gol (21-20) a diez minutos para la conclusión. En ese instante irrumpió imponente la figura de la guardameta francesa, que con sus paradas en los minutos finales privó a España de cualquier posibilidad real de alzarse con la victoria.
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