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Bilbao seguirá sin contar con un equipo de baloncesto femenino en las primeras ligas nacionales. Un vacío que se mantiene desde hace poco más de dos décadas. El Universidad de Deusto Loiola Indautxu, campeón de Primera Nacional, fue apeado este domingo de la ... Liga Femenina 2 en el duelo de la repesca de la fase de ascenso que midió a las dirigidas por Álex Aurre, en la localidad malagueña de Alhaurín de la Torre, ante el Universidad de León (70-65).
«No pudo ser. Sabíamos a lo que veníamos, con mucha ilusión, y hemos competido contra gente que se ha reforzado muchísimo. Por ese lado estoy contento, pero también fastidiado por lo injusto que ha sido el baloncesto con nosotros. Esperemos que nos devuelva pronto lo que nos ha quitado«, afirma a este periódico el preparador vizcaíno, asimilando todavía la última derrota.
El conjunto senior del colegio Jesuitas se tuvo que jugar en la repesca el último pase a Liga Femenina 2, la segunda división del baloncesto femenino nacional hasta esta temporada. Para la próxima habrá una categoría por encima, la LF Challenge. Las bilbaínas llegaron a la jornada final tras haber forzado la prórroga el jueves ante el anfitrión, frente al que terminaron cayendo 67-77. Por mucha menos diferencia claudicaron el viernes y sábado ante el campeón de la liga madrileña, el Distrito Olímpico (71-74) -al que iban ganando de ocho al final del tercer cuarto-, y el campeón de la catalana, el EKKE CB Lleida, (58-62).
«Lo que nos ha faltado ha sido experiencia en momentos puntuales, ante jugadoras que venían de disputar esta temporada en la máxima categoría o en Liga Femenina 2. Nuestro equipo es muy joven, y al final hemos suplido eso con ilusión, ganas y esfuerzo, pero no ha sido suficiente«, destaca Aurre. Y es que en territorio malagueño se encontraron con equipos cuya infraestructura era impensable para ellas, con dos entrenadores, dos delegados, fisioterapeuta y hasta psicólogo. »Yo iba con mi mujer, que me ayudaba en las estadística, y un delegado, y me tocó hacer de todo. Quieras o no se nota, y desgasta bastante, pero aún así eso no quita nada para lo orgullo que estoy de mis jugadoras«.
Una de ellas, Naiara, su hija, se ha despedido de esta manera tan amarga de las pistas. La veterana jugadora, nacida en 1985, que ya es amatxu, acudió con su pequeña a la fase de ascenso, después de haberse enganchado de nuevo al baloncesto tras ser madre, y ha decidido que este es el momento de echarse a un lado. «A ver si la consigo engañar para que esté de segunda conmigo. Tiene muy buen rollo con las chicas», asegura el 'míster', quien ya piensa en volver a intentar el reto del ascenso el próximo curso. «La idea es que siga todo el bloque. Algunas igual se van fuera a estudiar pero me gustaría poderlo mantener y complementarlo con algunas chicas del junior. Seguir con gente joven y con el trabajo que estamos haciendo, parapelear otra vez por estar arriba«.
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