El Lointek se queda sin gasolina

Había que gestionar las fuerzas, pero no se pudo. No hubo claridad de ideas, sobre todo en ataque, y el punto de mira de las exteriores estuvo bastante desajustado. No se puede vivir solo de Wojta -26 puntos, 6 rebotes y 31 de valoración- frente a un rival como el alavés. Se echaron en falta más puntos en la pintura y tampoco se cerró el rebote, por lo que tocó sufrir porque no se pudo correr y fueron las verdes -ayer de rosa- las que pusieron el ritmo a la contienda. Las gernikarras necesitan que llegue el refuerzo para la pintura lo antes posible.

Tocó afrontar el choque atrasado de la primera jornada con tan solo las ocho jugadoras que tenían muchos minutos acumulados en sus piernas y el oxígeno no llegó al cerebro con la fluidez necesaria para encontrar la luz. Se pudo ver desde los primeros compases de la contienda. Había que tratar de evitar parciales en contra que luego resultan complicados de remontar, y el primero llegó a los pocos minutos del inicio. Las vitorianas salieron mucho más agresivas a la cancha y lograron colapsar pronto a sus rivales. Los primeros tiros tampoco entraron, por lo que el Lointek Gernika comenzó a entrar en un laberinto del que le costó mucho salir. Con una Alarcón muy entonada, el Kutxabank Araski abrió un hueco de doce puntos que se logró paliar con un triple de Ariztimuño al final del primer acto.

Necesitan asentarse y ordenar sus ideas para reconocerse sobre la cancha, pero las alavesas no les dejaron. En el segundo cuarto volvieron a jugar a arreones y así resultó demasiado complicado inquietar el dispositivo compacto montado por las locales. Con un baloncesto más fluido y con paciencia, las vitorianas encontraron los puntos débiles de las granate y se crecieron al comprobar que su rival estaba tocado porque seguía reñido con el aro. El parcial de 16-3 que encajaron fue el ejemplo más claro del estado de ánimo de las vizcaínas. La desventaja se disparó hasta la veintena de puntos después de un clamoroso error defensivo, y los intentos de Montañana de que su equipo tratara de recuperar el rumbo resultaron baldíos. El Kutxabank Araski se fue con 15 rebotes de diferencia al descanso y con la totalidad de su jugadoras con puntos en su haber, mientras que tan solo cuatro del Lointek Gernika habían visto el aro.

Sin embargo, el paso por vestuarios sentó bien a las gernikarras. Se reactivaron. Sacaron el coraje que hasta entonces estaba desaparecido y durante cinco minutos fueron el equipo intenso y productivo de otras ocasiones. Su transformación les llevó a recuperar 14 puntos en apenas cuatro minutos y a meterse en el choque, aunque la cuarta personal de Cvitkovic les hizo un flaco favor.

Cuando parecía que tenían a sus rivales medio tocado, volvieron los fantasmas. En el momento que el Kutxabank Araski se ajustó y Atkinson acudió a su rescate todo se les volvió a poner cuesta arriba. Hubo esperanza porque entraron en el último cuarto once abajo, pero con las de Made Urieta de nuevo bastante cómodas, las granate estuvieron cinco minutos sin anotar y por ahí se fueron una gran parte de sus opciones para lograr el más difícil todavía.